RESUMEN
Durante las dos últimas décadas, España se ha consolidado en la región occidental del continente africano como un socio modesto pero confiable, con vocación de cooperar en el crecimiento del bienestar social y económico de la zona. Senegal es el país con el que España mantiene una relación más estrecha de cooperación en casi todas las dimensiones de su acción política exterior: diplomática, comercial, seguridad y defensa o cultural. En un segundo plano, detrás de la acción exterior de la Unión Europea, España trabaja por construir un modelo de relación con los países de África occidental que le permita ocupar un lugar como actor diferenciado que cuenta en la región. Un modelo propio que puede consolidar en su relación bilateral con Senegal y que podría ofrecer al resto de países de la región que perciban como beneficiosa la acción exterior española en África subsahariana.
Óscar Garrido Guijarro / IEEE
España tiene los ojos puestos en Senegal. Se trata del Estado de África subsahariana con el que se mantiene una relación más estrecha de cooperación en casi todas las dimensiones de su acción política exterior: diplomática, comercial, seguridad y defensa o cultural.
Aunque España no ha sido en los dos últimos siglos un actor decisivo en África subsahariana, el país cuenta entre sus objetivos de acción exterior ampliar su presencia en Sahel y África occidental en general, y en Senegal en particular. En un momento en el que la influencia occidental en la zona, representada por Francia, se encuentra en claro retroceso, España se ha consolidado, en los últimos veinte años, en la región occidental del continente africano como un socio modesto, pero confiable, con vocación de cooperar en el crecimiento del bienestar social y económico de la zona. Además, España ha demostrado habilidad para construir en la región relaciones entre iguales evitando con éxito ser percibido como un actor con pretensiones neocoloniales.
Una estrategia global y estructurada para África
Con el telón de fondo de la crisis de los cayucos, el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación aprobaba en mayo de 2006 el I Plan África. Se trataba de un nuevo proyecto que contribuía a paliar la falta de una estrategia global y estructurada en las relaciones con la región. Además de Iberoamérica y el Magreb, ahora España se comprometía a considerar África subsahariana como una prioridad de su política exterior.
En 2006, llegaban a las costas de Canarias 31.861 inmigrantes procedentes de África, y el Gobierno consideró que debía de trabajar para ordenar los flujos migratorios y el mejor método para conseguirlo era acordar, con los países de origen, marcos regulatorios adecuados. Desde entonces los sucesivos planes se han convertido en la herramienta de trabajo que ha guiado las relaciones entre España y los países de África subsahariana durante las últimas casi dos décadas.
Después del I Plan África vinieron un II y un III. Y es en este último donde se contempla el establecimiento de una asociación reforzada con Senegal para desarrollar las acciones y herramientas previstas en el documento a modo de experiencia piloto. En esta misma dirección, el 29 de marzo de 2021 tuvo lugar la presentación de Foco África 2023. Se trataba del programa de acción del III Plan África y en él se destaca la importancia de la cooperación con Senegal en la acción africana de España. Es un país con el que los intercambios son especialmente intensos, que ofrece un interesante potencial para profundizar la mutua relación bilateral y es además un país estratégico para la estabilidad de toda la región, con un importante papel en la Comunidad Económica de Estados de África Occidental.
Senegal tiene unos 18 millones de habitantes, pero a ellos hay que sumarles otros tres millones de residentes en el extranjero, la llamada diáspora. El dinero que mandan a su país, que se eleva a unos 2.400 millones de euros anuales y representa el 11% de su producto interior bruto, es clave para la supervivencia de cientos de miles de familias.
A fecha de 30 de junio de 2024, constaban 78.252 ciudadanos de nacionalidad senegalesa con documentación de residencia en vigor en España. Se trata del segundo país del continente africano con mayor número de residentes en España, solo por detrás de Marruecos con 823.408. El 78% de los senegaleses que viven en nuestro país son hombres y el 22% mujeres. Las provincias españolas en las que mayor presencia de ciudadanos senegaleses hay son Barcelona, Almería, Zaragoza, Madrid y Valencia.
En la UE, España ocupa el tercer puesto —tras Italia y Francia— en número de senegaleses con permiso de residencia, según datos de Eurostat.
Respecto a la cifra de españoles residentes en Senegal, según los datos del Instituto Nacional de Estadística en 2024 había 2.262. En la actualidad, en España hay 52.300 personas senegalesas dadas de alta en la Seguridad Social. En 2020, España y Senegal firmaron un Convenio Bilateral de Seguridad Social que permite a los trabajadores que hayan desarrollado su carrera profesional en ambos países sumar los periodos de cotización en uno y otro para poder generar derecho a una futura prestación de la Seguridad Social.
Conclusiones
Aunque España no haya tenido una presencia de largo recorrido en la zona, el trabajo de cooperación que viene realizando en las dos últimas décadas ha servido para que se haya despertado en la sociedad senegalesa la confianza en España como socio modesto pero confiable.
En un segundo plano, detrás de la acción exterior de la Unión Europea, España, pico y pala, trabaja por construir un modelo de relación con los países de África occidental que le permita ocupar un lugar como actor diferenciado que cuenta en la zona. Un modelo propio que puede consolidar en su relación bilateral con Senegal y que podría ofrecer al resto de países de la región que perciban como beneficiosa la acción exterior española en África subsahariana.
© Este texto ha sido publicado originalmente por el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE). Si desea leer la versión completa, siga este enlace
Óscar Garrido Guijarro
Analista político y periodista
Analista principal del Instituto Español de Estudios Estratégicos (Ministerio de Defensa) en el área de África subsahariana. Es licenciado en Periodismo y en Ciencias Políticas, y doctor en Paz y Seguridad Internacional por el Instituto Universitario Gutiérrez Mellado.