<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>La semana pasada regresó a Madrid el primer equipo de rotación del START tras completar una misión de once días en la comunidad indígena de Bajo Chiquito, en la provincia panameña del Darién, una región selvática que comunica Panamá con Colombia y por la que han pasado más de 250.000 refugiados y migrantes venezolanos, ecuatorianos, haitianos y colombianos en lo que va de año.</strong></h4> El primer equipo de START (Spanish Technical Aid Response Team, por sus siglas en inglés) partió hacia la región el pasado 18 de septiembre y, desde entonces, sus integrantes brindaron atención sanitaria tanto a la población local como a los migrantes que atraviesan esta peligrosa región fronteriza. El equipo, compuesto por un médico y una enfermera de urgencias, una pediatra, una matrona y una epidemióloga, ha atendido a una media de 40 personas diarias, destacando la atención a mujeres y menores de 15 años. Del total de pacientes, un 30% han sido niños menores de cinco años, según informó la AECID en una nota de prensa. Uno de los aspectos más relevantes de esta intervención ha sido la gran cantidad de mujeres gestantes, tanto locales como migrantes, que han requerido atención especializada. La presencia de una matrona en el equipo ha permitido realizar diagnósticos por ultrasonido, lo que ha sido vital para mejorar la atención prenatal en la zona. El 23% de los pacientes atendidos han sido catalogados como vulnerables. Entre las causas de vulnerabilidad se incluyen niños migrantes de cero a tres años, mujeres gestantes menores de 18 años, menores no acompañados, adultos mayores de 55 años, personas con discapacidad, patologías crónicas, así como víctimas de violencia sexual, doméstica o de otro tipo.´ Durante su estancia, el equipo ha trabajado en estrecha coordinación con el Ministerio de Salud de Panamá, las autoridades locales indígenas y las organizaciones internacionales presentes en la región. Además de las intervenciones sanitarias, los profesionales españoles han compartido experiencias y colaborado en la distribución de alimentos, fortaleciendo los lazos con la comunidad. La segunda rotación del equipo START, que ya lleva dos días en el terreno, ha sido reforzada con una médica y un enfermero de urgencias adicionales, para seguir proporcionando apoyo médico a la población de Bajo Chiquito en las próximas semanas. Más de 250.000 migrantes y refugiados venezolanos, ecuatorianos, haitianos y colombianos han atravesado, en lo que va de 2024, el llamado Tapón del Darién, una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo, para intentar llegar a Estados Unidos. Desde 2020, el número de migrantes que cruzan el Tapón del Darién se ha disparado de 8.000 a los casi 500.000 de 2023, según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), que ha precisado que los migrantes son principalmente ciudadanos de Venezuela (casi el 60 %), seguidos de Haití, Ecuador y, más recientemente, China. El pasado 1 de julio, el Rey Felipe VI expresó al presidente de Panamá, José Raúl Mulino, con motivo de su toma de posesión, su preocupación por la crisis humanitaria en el Darién. Desde su puesta en marcha en 2018, el Equipo START (conocido como los "chalecos rojos") ha realizado misiones humanitarias en Mozambique (tras el paso del ciclón Idai en 2019), Bata (Guinea Ecuatorial, tras la explosión de un polvorín que arrasó parte de la ciudad en 2021), Haití (tras el terremoto de agosto de 2021), Turquía (tras los terremoto de 2023), aparte del Darién. El proyecto START, cuyo equipo sanitario pertenece al sistema público de salud, tiene capacidad para desplegarse, en un máximo de 72 horas, en cualquier rincón del mundo donde se produzca una emergencia humanitaria. España es, junto a Italia y Francia, uno de los tres países de la UE en contar con un equipo de estas características.