<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El Gobierno trasladó el pasado martes una queja formal a México por la exclusión del Rey de la toma de posesión de la presidenta electa, Eva Sheinbaum, según confirmó este viernes el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares.</strong></h4> El pasado martes, el Gobierno de España calificó de “inaceptable” la exclusión del Rey Felipe VI de la invitación a la toma de posesión de la presidenta electa de México y anunció, a través de un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores, que “el Gobierno de España ha decidido no participar en dicha toma de posesión a ningún nivel”. El mismo martes, antes de emitir el comunicado, el embajador de México en España, Quirino Ordaz, fue convocado al Ministerio de Asuntos Exteriores para hacerle llegar una queja formal por este motivo y el embajador de España en México, Juan Duarte, acudió personalmente a la Cancillería mexicana para hacer entrega de una nota verbal, según explicó Albares en Nueva York en una rueda de prensa posterior a la Semana de Alto Nivel de la ONU. "Nuestra posición es clara, es conocida y confirmo que hubo un envío de nota verbal y una convocatoria del embajador mexicano al Ministerio de Asuntos Exteriores para trasladarle exactamente lo mismo que ya conocen ustedes a través del comunicado oficial y que yo he tenido ocasión de intercambiar con la canciller mexicana", declaró el ministro. En la nota verbal, según adelantó el diario <em>El País</em>, se advertía de que el Rey, en su calidad de jefe de Estado, “asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales”. La nota verbal también recordaba que el Monarca había asistido a todas las tomas de posesión de mandatarios mexicanos, incluido el actual presidente saliente, André Manuel López Obrador, y reclamaba que España estuviera representada al más alto nivel para la ocasión, dadas las profundas relaciones entre los dos países. No obstante, una vez “agotados todos los cauces para transmitir respetuosamente” esta exigencia, el Gobierno optó finalmente por anunciar que “no habrá ninguna representación” española en la toma de posesión, que tendrá lugar el 1 de octubre. Al día siguiente de los hechos, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, declaró ante la prensa desde Nueva York que “el Gobierno de España considera a México como un país hermano”, y, por ello, es “absolutamente inaceptable que se excluya la presencia de nuestro jefe del Estado, un jefe del Estado que, por cierto, ha participado en todas las tomas de posesión, como Príncipe y también desde que es el Rey”. Ese mismo día, Claudia Sheinbaum informó en un comunicado de que se había excluido al Rey de la lista de invitados por no haber respondido a una carta remitida en 2019 por el presidente saliente, Andrés López Obrador, en la que se le instaba a pedir disculpas por la conquista española. La presidenta electa aclaró que, en cambio, sí se había invitado a Sánchez, con quien había mantenido una conversación “sobre el particular”. En el citado encuentro con los medios en Nueva York, el presidente del Gobierno no quiso pronunciarse sobre este detalle: “Yo, sobre las conversaciones personales que mantengo, en este caso con la presidenta electa de México, no voy a hacer ninguna declaración porque permanecen en el ámbito de la discreción”. En todo caso, esta llamada, según las fuentes, fue el último intento, tras la nota verbal, para hacer cambiar de opinión al Gobierno mexicano. <h5><strong>Alicia Bárcena y José Manuel Albares</strong></h5> Por su parte, la secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, aseguró este viernes ante los medios de comunicación en la sede de la ONU que, durante su estancia en Nueva York, ha mantenido contactos con Pedro Sánchez y con José Manuel Albares, con quienes, aseguró, mantiene “excelentes” relaciones. Asimismo, invitó a España a participar en una “reunión de desagravio” que permita “salir de la situación” generada a raíz de la carta de 2019. En todo caso, recordó que ella misma es descendiente de españoles y reconoció que los hechos a los que alude su Gobierno datan de hace “mucho tiempo”, según informó Europa Press. Según Bárcena, las relaciones entre los dos países se encuentran en una tercera fase “de gran dinamismo económico y político”, por lo que hay margen para que los dos países terminen “poniéndose de acuerdo” y resuelvan la actual crisis. Al respecto, Albares aseguró en la rueda de prensa que había mantenido varias reuniones con Bárcena en Nueva York, tanto en los encuentros multilaterales en los que coincidieron como en el que celebraron los cancilleres de España, México, Colombia y Brasil para hablar de Venezuela, y que, en estas reuniones, le había "trasladado exactamente lo mismo" que lo mencionado en el comunicado de Exteriores. Asimismo, aseguró que España quiere mantener "las mejores relaciones con un pueblo hermano como México", pero, "desde luego, no aceptamos ninguna representación de cualquier otro nivel distinto al de jefe de Estado en la toma de posesión". "Quiero ser muy claro: que a nadie le quepa duda, con México o con cualquier otro país del mundo, mientras yo sea ministro de Asuntos Exteriores, la política exterior de España defenderá siempre, siempre a nuestras instituciones, empezando por la más alta, la Jefatura del Estado", concluyó. <h5><strong>López Obrador</strong></h5> En marzo de 2019, Andrés Manuel López Obrador reveló que el primer día de ese mes había enviado una carta al Rey Felipe VI en la que proponía que los dos países crearan una hoja de ruta para que “el Reino de España exprese de manera pública y oficial el reconocimiento de los agravios causados” durante la conquista de México contra los “pueblos originarios”. El Gobierno rechazó “con toda firmeza” el contenido de la carta. Aquel fue el primero de una serie de encontronazos diplomáticos con López Obrador en relación con el recuerdo de la conquista y del periodo colonial. Tres años después, en febrero de 2022, López Obrador volvió a la carga contra España, planteando poner “en pausa” las relaciones entre los dos países y lanzando acusaciones de “saqueo” por parte española. Días más tarde, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, se desplazó a México, donde declaró que los dos países mantienen una “relación privilegiada” y afirmó que desconocía el significado de la “pausa” en las relaciones anunciada por el presidente. Este pasado jueves, López Obrador aprovechó su rueda de prensa diaria para recordar que, tras su carta de 2019, “no solo no hubo respuesta, sino que filtraron la carta y desataron toda una campaña en contra de nosotros”. Según el todavía presidente, la carta era “respetuosa y formal” y los españoles “actuaron con mucha prepotencia”.