<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>La Caja de las Letras del Instituto Cervantes abrió sus puertas esta semana para recibir el legado de la cultura sefardí, en un homenaje a “la inmensa herencia patrimonial” que los judíos de origen español “dejaron durante siglos en España y en buena parte de Europa”.</strong></h4> En la ceremonia, celebrada el pasado martes en la sede de la institución en Madrid, estuvieron presentes Carmen Noguero, secretaria general del Cervantes; David Saltiel, presidente del Consejo Central de Comunidades Judías en Grecia y de la Comunidad Judía de Salónica; Jaime Moreno Bau, director general del Centro-Sefarad Israel; y Samuel Nahmias, cónsul honorario de España ante Salónica; entre otras autoridades. El amplio legado, que ha sido depositado en el cajetín número 1447 de la cámara acorazada del Instituto, está compuesto por los discos ‘Canciones judeo-españolas de Salónica’ (1998), del propio Saltiel, ‘En la mar hay una torre’ (2002), del Coro de la Comunidad Israelita de Salónica, y ‘Tesoros musicales desconocidos de los judíos griegos’ (2022), de Mariangela Chatzistamatiou. También se han introducido las actas de los cuatro congresos internacionales sobre la lengua judeo-española organizados por la Comunidad Israelita de Salónica; un volumen que contiene un resumen de la historia de Salónica entre 1897 y 1917; un acta de la primera asamblea de la Comunidad Judía de Salónica de 1946; una maqueta del Museo del Holocausto de la ciudad, que está en construcción, y el elemento de mayor simbolismo: un juego de llaves de casas que tenían en Toledo alguno de los judíos expulsados de la Península Ibérica por los Reyes Católicos en 1492. “Con este legado queremos manifestar en primer lugar nuestro agradecimiento por el apoyo que estamos recibiendo en Salónica, determinante en el establecimiento de una extensión del Instituto que depende del centro de Atenas”, subrayó Carmen Noguero. “Debemos mucho a la herencia judía en nuestra lengua, en nuestra música, en nuestra literatura, y en general en nuestras costumbres y nuestra manera de vivir”, añadió. Sefarad es el nombre bíblico con el que los judíos nombraban antiguamente a la Península Ibérica. En la actualidad, todavía se utiliza en el idioma hebreo para referirse a España. Los sefardíes fueron judíos que residieron en la Península durante la Edad Media y que dejaron grandes aportaciones en todos los campos imaginables: las artes, la ciencia, el comercio o la lengua. La época de mayor esplendor de su paso por la región tuvo lugar entre los siglos XI y XII, cuando la convivencia entre hebreos, cristianos y musulmanes alcanzó su cota más alta. A finales del siglo XV fueron expulsados del territorio por los Reyes Católicos y se dispersaron por toda Europa, dejando, a su paso, las huellas de su patrimonio. El Instituto Cervantes mantiene un fuerte compromiso con los descendientes de estos judíos, que han creado distintas comunidades en diversas partes del mundo, y quiere servirles de ayuda para recuperar esa herencia cultural a través de la lengua española. Ejemplo de ello es el acuerdo que firmó en el año 2020 con la Comunidad Israelita de Salónica, por el que abrió una extensión en la ciudad griega para ofrecer actividades culturales y académicas con el objetivo de revalorizar y difundir el legado y la lengua sefardí en la segunda ciudad del país heleno.