The Diplomat
La Comisión Europea avaló ayer el veto del Gobierno de España a la OPA de la empresa húngara Magyar Vagon sobre el 100% de Talgo, alegando que busca proteger los intereses y la seguridad nacional de España, y que la situación puede terminar dirimiéndose en el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE).
En rueda de prensa desde Bruselas, la portavoz comunitaria Francesca Dalboni, evitó poner objeciones a la maniobra del Gobierno tras asegurar que es prerrogativa de los Estados miembros adoptar este tipo de decisiones.
Así, recordó que los Tratados de la UE permiten restringir la libertades de mercado único, como la libertad de establecerse y libre movimiento de capitales, alegando motivos de seguridad pública.
«Las medidas deben estar justificas y ser proporcionales al objetivo que persiguen», añadió Dalboni, quien indicó que las autoridades españolas no tenían obligación de informar previamente al Ejecutivo europeo sobre su decisión.
Después de que el potencial comprador, Magyar Vagon, haya anunciado que acudirá a instancias europeas para denunciar la maniobra de España, la Comisión Europea ha asegurado que no tiene de momento noticias de la compañía.
En este sentido, el portavoz comunitario, Eric Mamer, recordó que los principios por los que funciona la UE aparecen recogidos en los Tratados y este tipo de decisiones deberán ser supervisadas en última instancia por el TJUE.
La CNMV, a la espera
Mientras, fuentes de la Comisión Nacional de los Mercados de Valores (CNMV) señalaron a Europa Press que este organismo tendrá que esperar a que Magyar Vagon se pronuncie sobre su Oferta Pública de Adquisición (OPA) de acciones sobre Talgo para desestimar la operación, una vez rechazada por el Gobierno. En concreto, explicaron que la normativa requiere una comunicación formal del oferente (Magyar Vagon) para poder proceder a la desestimación de la oferta, que no tiene por qué ser una retirada sino cualquier manifestación sobre su trámite.
Sin embargo, los húngaros recurrirán el veto del Gobierno a su oferta, por lo que no se espera que la retiren, viéndose el regulador forzado a tomar una decisión sobre la desestimación de la OPA.
Si la CNMV espera a que los recursos se decidan, podrían pasar años con una OPA paralizada, con el consiguiente daño para Talgo, al no poder contemplar otras alternativas para ampliar su capacidad industrial. Una comunicación al mercado por parte de Magyar Vagon podría ser la presentación de estos recursos, por lo que la CNMV ya tendría vía libre para desestimar la OPA, amparándose en el perjuicio que mantenerla podría causar a la compañía.