<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El Gobierno ha reconocido que España, “al igual que otros países de nuestro entorno europeo e internacional”, es “vulnerable a la injerencia extranjera en el espacio informativo” y, por ese motivo, desde 2018 “se están llevando a cabo iniciativas tanto a nivel nacional como de la UE para limitar el impacto de las campañas de desinformación por parte de actores extranjeros”.</strong></h4> Así respondió el Ejecutivo el pasado 17 de mayo a una pregunta parlamentaria por escrito de los diputados <strong>Esteban González Pons y Carlos Javier Floriano (PP)</strong> sobre “opinión del Gobierno acerca de si España es vulnerable a las campañas de interferencia y manipulación extranjera”. <strong>“España, al igual que otros países de nuestro entorno europeo e internacional es vulnerable a la injerencia extranjera en el espacio informativo”</strong>, aseguró el Ejecutivo. “Por otro lado, desde el 2018 se están llevando a cabo iniciativas tanto a nivel nacional como de la UE para limitar el impacto de las campañas de desinformación por parte de actores extranjeros”, prosiguió. En el ámbito español se ha adoptado diversas normas, como la Orden PCM/1030/2020, de 30 de octubre, sobre Procedimiento de Actuación contra la Desinformación, o la Orden PCM/541/2022 de 10 de junio, sobre creación del Foro contra las campañas de desinformación en el ámbito de la Seguridad Nacional, explicó el Ejecutivo. “En el ámbito europeo, son numerosas las iniciativas, destacando la reciente aprobación del Reglamento UE de servicios digitales, con previsiones en la materia”, agregó. <strong>El pasado mes de febrero, el Parlamento Europeo aprobó una resolución en la que se denunciaban las injerencias de los servicios de seguridad rusos en el proceso independentista de Cataluña</strong>. Asimismo, el texto reclamaba una investigación sobre los vínculos entre varios eurodiputados, entre ellos el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, y el Gobierno ruso de Vladimir Putin, y pedía a España que intensifique y acelere sus investigaciones sobre el papel de Rusia en el secesionismo catalán. Por esas mismas fechas, el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, reconoció en Madrid que la injerencia extranjera supone una amenaza en los procesos electorales en Europa y recordó que, por ello, el Servicio de Acción Exterior de la UE cuente con un programa para luchar contra esa injerencia extranjera y la desinformación que se produce con motivo de la celebración de comicios en el ámbito europeo. Un mes más tarde, el embajador ruso en Madrid, Yuri Klimenko, negó rotundamente -en declaraciones a la agencia Europa Press- que Rusia haya interferido en ningún momento en Cataluña y calificó de “infundadas” las acusaciones sobre supuestos contactos de ciudadanos rusos con dirigentes independentistas. Asimismo, criticó la citada resolución de la Eurocámara, que “se ha convertido desde hace tiempo en una plataforma para caldear la desenfrenada propaganda antirrusa y la rusofobia” al tiempo que declara “la lucha contra la desinformación como una de sus principales tareas”.