<h6><strong>Luis Ayllón</strong></h6> <h4><strong>El Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, anunció ayer en Madrid que los Veintisiete han aprobado dotar a la Academia Diplomática Europea de una financiación estable y regular, de forma que se consolida el proyecto piloto puesto en marcha a finales de agosto de 2022.</strong></h4> Borrell hizo el anuncio en un acto celebrado en el<strong> Centro de Estudios Políticos y Constitucionales,</strong> en Madrid, organizado por el <strong>Real Instituto Elcano y Cidob</strong>, bajo la coordinación del eurodiputado socialista <strong>Nacho Sánchez Amor</strong>, que ha sido el principal impulsor de la iniciativa de la Escuela Diplomática, en colaboración con el secretario general del Servicio Europeo de Acción Exterior y ex embajador de Italia en Madrid, <strong>Stefano Sannino.</strong> Hasta ahora, la Academia Diplomática Europea recibía aportaciones puntuales para desarrollar el proyecto piloto que ha funcionado durante cerca de dos años en el <strong>Colegio Europeo de Brujas</strong> (Bélgica), bajo la dirección de su rectora y antigua alta representante, <strong>Federica Mogherini.</strong> Desde entonces, la Academia ha ido formando a <strong>jóvenes diplomáticos seleccionados por sus propios países, incluidos algunos de Estados que aún no son miembros</strong>, así como a <strong>funcionarios de las instituciones europeas.</strong> Ayer, en su intervención, Borrell hizo un repaso de la situación actual en el mundo y de los desafíos a los que se enfrenta Europa, así como de los problemas que la Unión tiene para actuar de manera común, debido a la necesidad de unanimidad en este campo y a la posibilidad de que un solo Estado para frenar esa posible actuación. Lamentó que <strong>esas diferencias se reflejan también a veces en los servicios diplomáticos</strong> que tiene cada país, y que <strong>piensan más en los intereses propios que en los del conjunto de la Unión,</strong> lo que – en su opinión- impide que los europeos tengan una cultura estratégica común. <strong>“Europa -afirmó- debe contar con una visión común del mundo</strong> y hemos de intentar que nuestros jóvenes diplomáticos puedan concebir ese objetivo común. Tenemos que<strong> formar diplomáticos que aborden los problemas desde una perspectiva europea,</strong> superando la visión nacional”. Por ello, Borrell consideró muy útil contar con una <strong>Academia de la Diplomacia Europea, que lleve a los jóvenes diplomáticos a pensar que es posible compatibilizar los interesas nacionales y comunitarios.</strong> “Nuestros diplomáticos -dijo- han de impregnarse del espíritu europeísta”. Tras indicar que, a partir de ahora, los Estados tendrán que aportar los recursos necesarios para el funcionamiento de la Academia, subrayó que ésta llega “en un momento decisivo” y con la voluntad de ser algo que perdure en el tiempo. <strong>“No podemos depender sólo -finalizó- de la yuxtaposición de los servicios diplomáticos nacionales.</strong> Una diplomacia común es algo más que la interacción de los 27 servicios de cada país. Es una forma particular de hacer las cosas”. Tras las palabras de Borrell, y en presencia de numerosos embajadores europeos, tuvo lugar un debate moderado por<strong> Ignacio Molina</strong>, investigador principal de Elcano; y con participación de <strong>Federica Mogherini</strong>; Fernando Sampedro, secretario de Estado para la Unión Europea; <strong>Paula Lamoso</strong>, profesora de estudios internacionales de la Universidad Loyola; y<strong> Pol Morillas</strong>, director del Cidob. El acto fue cerrado por <strong>Nacho Sánchez Amor</strong>, quien recordó el trayecto recorrido desde el comienzo de la iniciativa y expuso los frutos que se esperan de contar con un centro de formación propio de la UE para jóvenes diplomáticos.