El 8 de septiembre de 1404, Ruy González de Clavijo llegaba a Samarcanda, la capital del Imperio Timúrida con el objetivo de lograr una alianza del entonces gran gobernante mongol con el rey Enrique III de Castilla contra el sultán turco. El embajador castellano no lo consiguió, pero el plasmó el legado de su viaje para la posteridad en su libro ‘Embajada a Tamorlán’.