<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>La defensa de la democracia frente a las graves amenazas, como los populismos o la guerra en Europa, protagonizó ayer la segunda edición del Foro La Toja-Vínculo Atlántico, que tuvo lugar en la Fundación Calouste Gulbenkian de Lisboa y que coincidió con el 50 aniversario de la Revolución del 25 de abril en Portugal y con la próxima conmemoración del cincuentenario del inicio de la transición democrática en España.</strong></h4> <strong> </strong> El Foro La Toja - Vínculo Atlántico nació hace cinco años en Galicia como una iniciativa de la sociedad civil para promover la reflexión y la conversación. La primera edición ordinaria se celebró en 2019. Hasta la fecha, el Foro ha contado con la participación de destacados líderes políticos, como Marcelo Rebelo de Sousa, António Costa, Pedro Sánchez, Mariano Rajoy, Enrico Letta, Mauricio Macri o Felipe González, así como intelectuales de la talla de Steven Pinker, Timothy Garton Ash o Ivan Krastev. España y Portugal “están unidos en la democracia, la libertad y el pluralismo, pero conscientes de los desafíos comunes a los que se enfrentan”, afirmó <strong>el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa</strong>, durante la ceremonia de apertura. Entre esos desafíos, advirtió, se encuentran “las desigualdades, el populismo, los movimientos inorgánicos y la guerra en Europa”. Por ello, tras estos “50 años de democracia vivida e inacabada”, el mandatario expresó su deseo de que “los próximos 50 años también puedan enorgullecer a nuestros descendientes”. Por su parte, <strong>el ministro portugués de Asuntos Exteriores, Paulo Rangel</strong>, afirmó que Portugal y España deben converger en las relaciones con América Latina y Central. “El objetivo atlántico de la Unión Europea pasa por una relación permanente e integrada con Mercosur” y, para ello, la acción integrada de los dos países ibéricos es “crucial”. También señaló tres temas “absolutamente decisivos para ambos países” y que marcarán la relación bilateral: “El cambio climático, el agua y la energía”. En representación del Gobierno español, <strong>la ministra de Defensa,</strong> <strong>Margarita Robles</strong>, rindió un homenaje a “todas aquellas personas que han contribuido a contar con un marco normativo que nos permite crecer y mirar hacia el futuro”, con mención especial a uno de los impulsores del Foro de La Toja, el fallecido exministro <strong>Josep Piqué</strong>, y advirtió de que “hay que cuidar la democracia y sus valores, cada día, porque sólo en un mundo donde haya respeto, convivencia y tolerancia se puede avanzar”. “Desde Europa tenemos que apoyar más que nunca a Ucrania, no sólo por su integridad territorial, sino también porque ello supone defender la democracia y los derechos humanos”, agregó. En la tercera y última mesa redonda, el expresidente del Gobierno <strong>Felipe González</strong> advirtió contra el auge de los populismos y puso a Portugal como ejemplo a la hora de “preservar el espacio en el que se juega el futuro de la democracia, que es el espacio del centro”. A su juicio, el problema no es la falta de acuerdo entre las fuerzas políticas “que tienen que antagonizar, ofreciendo alternativas”, sino la necesidad de “evitar la dependencia de grupos radicales en cualquier dirección, que condicionan el bienestar de la política de centro”. Por su parte, el también expresidente del Gobierno <strong>Mariano Rajoy</strong> advirtió contra dos enemigos de las democracias actuales: “Uno está en el mundo, que creyó, tras la caída del Muro de Berlín, que la democracia se había instalado definitivamente, lo que no es cierto. El otro está en casa: es el populismo, que es una cosa muy variada”. “El populista puede ser un xenófobo de la vieja Europa del Este, un español fascinado por las dictaduras tropicales o un millonario de Nueva York”, añadió. La mejor forma para combatir los populismos por parte de las democracias liberales, añadió, es “una mejor gobernanza y una economía fuerte". En la misma mesa redonda intervinieron <strong>dos ex primeros ministros portugueses, António Costa y Francisco Pinto Balsemão</strong>, el primero de los cuales advirtió de que “la sensación de falta de futuro es una de las cosas que más alimentan el populismo”. En todo caso, Costa quiso quitar importancia al crecimiento de la extrema derecha en Portugal en las últimas elecciones legislativas: “No hay que sobrevalorar la importancia de las últimas elecciones, que tuvieron lugar en condiciones extrañas”. Por ello, prosiguió, “no tiene sentido exagerar la interpretación de estos resultados” y es preferible “dar tiempo a que las cosas vuelvan a la normalidad”. <strong> </strong> Por su parte, <strong>el embajador de España en Portugal, Juan Fernández Trigo</strong>, felicitó a Portugal “por los cambios y por los 50 años de democracia, una democracia serena que ha cambiado el destino de los portugueses”.