Alfredo Izquierdo es el socio fundador de FormaItalia Abogados y Economistas y ejerce su profesión en Milán desde el año 2007. FormaItalia es un bufete ‘boutique’ internacional con sede en Milán, Madrid y Barcelona especializado en empresas españolas con intereses comerciales en Italia. Una especialización territorial pionera en nuestro país. Desde hace más de 10 años, sigue a muchas de nuestras empresas en sus diferentes modelos de negocio para ayudarlas a conseguir éxito en el país transalpino.
¿Cuál es la situación a nivel económico actualmente de Italia?
Italia ha conseguido una estabilidad en estos últimos años. Ello siempre implica un crecimiento económico continuo en mayor o menor medida. Además, en el último año el gobierno ha decretado nuevas medidas para incentivar contrataciones a través de reducciones en las contribuciones sociales. Destacaría también las medidas encaminadas a favorecer a los autónomos y a no tasar las bonificaciones de los empleados, lo que conlleva un aumento del consumo interno.
¿Qué ventajas tiene para una empresa española abrir negocio en Italia?
Una gran ventaja es tener presencia en otro país. Eso siempre da prestigio incluso para afrontar el mercado local. En nuestro bufete hemos vivido la experiencia de ver cómo los inversores se interesan más por aquellas empresas que ya tienen presencia en otros países. También el tener acceso a un mercado más vasto que el español, tenemos empresas en donde la facturación italiana ya ha superado a la española. Eso es producto de un país que tiene dinámicas de consumo muy similares a las nuestras y es más fácil hacer negocios que en Francia o Alemania.
¿Existen barreras de acceso al mercado italiano?
No, estamos en el ámbito de la Unión Europea y ya ese marco jurídico impide que haya barreras legales. Ahora bien, hay que tener en cuenta que Italia es un país con muchas regulaciones sectoriales, por tanto, es importante que en la fase inicial se conozcan los detalles del escenario en donde se desarrollará la actividad. En cambio, tenemos un menor número de normativas regionales en comparación con España, lo que facilita un acceso más fácil a todo el territorio.
¿Cuáles son los sectores que pueden ser más interesantes para una empresa española?
Lo importante no es tanto el sector como el potencial de la propia empresa. Si un negocio en España funciona bien, también lo va a hacer en Italia. En el despacho tenemos más de 200 empresas que se dividen casi a partes iguales entre servicios y bienes. Al inicio empezamos asesorando a empresas de alimentación, moda, construcción y farmacéuticas. Actualmente están entrando muchas empresas relacionadas con el marketing y la comunicación y sobre todo las nuevas tecnologías.
¿Dentro de Italia hay zonas que sean más interesantes que otras para establecerse?
Siempre digo que la zona más interesante es aquella que te permita estar lo más cerca de tu cliente. No obstante, si generalizamos, hemos de saber que Milán aglutina la mayor parte de sedes de las empresas importantes. Es una ciudad acostumbrada a la internacionalización e incluso existen incentivos para la inversión en Lombardía.
¿Cuál es el método que utilizan nuestras empresas para abordar el mercado italiano?
El más efectivo y quizás el que más usen es yendo de la mano de un cliente. La mayoría de empresas españolas cuando van al extranjero después quieren confiar en sus proveedores habituales y que ya les conocen. Los más punteros en su sector acceden a través de la adquisición de una empresa en Italia. Algo que no es difícil, dado que se trata de un mercado más heterogéneo que el nuestro, con mayor número de empresas en cada sector. Lo que más me ha sorprendido en los últimos tres años es la cantidad de empresas que optan por crear micro-estructuras sin establecimiento permanente. Esto ayuda a hacer un análisis de mercado sobre el campo. Algunas de estas empresas actualmente ya han creado su establecimiento permanente y crecen en Italia.
¿Qué consejo le daría a una empresa que esté pensando en internacionalizarse en Italia?
Que no pierda su identidad. Debe mantener aquello que le haya hecho tener éxito en España. Por tanto, la dirección de su establecimiento en Italia debería hacerse siempre desde España. Sin embargo, también diría que hay que fiarse de las políticas comerciales que se usan en Italia, puede ayudar a adquirir un know-how comercial que mejore su competitividad en España.