The Diplomat
Un informe del Departamento de Seguridad Nacional (DSN) de la Presidencia del Gobierno advierte de que la situación en el Sahel, donde se están sucediendo los golpes de Estado y proliferan los grupos terroristas supone una “amenaza real” para España.
El informe de Seguridad Nacional 2023 elaborado por el DSN recuerda que «el Sahel es una zona prioritaria para España por el efecto que pueda tener sobre los países del Magreb y la posible extensión de los conflictos a territorios limítrofes, como el golfo de Guinea», donde ya ha habido ataques en países como Benín o Togo.
Por ello, el DSN señala en ese documento, recogido por Europa Press, que es necesario estabilizar la zona “para evitar que grupos yihadistas puedan disponer de bases desde las que planificar acciones terroristas contra objetivos españoles y europeos».
Los países del Sahel, en particular Malí, Burkina Faso y Níger, son escenario desde hace años de una intensa actividad por parte de grupos yihadistas. Las filiales de Estado Islámico y de Al Qaeda en esta región de África figuran entre las más activas y mortíferas a nivel mundial.
El documento incide en que las juntas militares que gobiernan los tres países «están adoptando otras opciones para combatir al terrorismo, con otros enfoques, vinculados al uso desmedido de la fuerza y contando, en algunos casos, con la ayuda de mercenarios rusos», en referencia a la presencia, principalmente en el caso de Malí, del Grupo Wagner.
Asimismo, el informe pone de relieve que «los grupos armados no estatales continúan llevando a cabo ataques a gran escala contra objetivos civiles y militares, se expanden por los países ribereños del golfo de Guinea, y participan en enfrentamientos por el acceso a los recursos, el control territorial y la influencia».
Por todo ello, el DSN advierte de que «la situación en el Sahel y su proximidad geográfica con España constituye una amenaza real, tanto por la posible salida de combatientes a dicho territorio», ante los llamamientos de los grupos terroristas a emigrar a esta región para hacer allí la yihad, «como por la posible llegada de terroristas que pueden servirse de estructuras y rutas de tránsito utilizadas por el crimen organizado».
Respecto a esta cuestión el informe señala que «en España no se han detectado salidas de voluntarios yihadistas hacia escenarios de conflicto en 2023, por lo que el principal riesgo sigue siendo el posible retorno» de los llamados combatientes terroristas extranjeros (CTE), «especialmente si se producen de forma clandestina e indirecta, usando rutas y métodos propios de las redes de inmigración ilegal».
No obstante, al margen de los CTE españoles, el DSN admite que «la posible llegada a España de retornados originarios de otros países, ya sean europeos o del Magreb, puede resultar especialmente preocupante». Según los datos que recoge el informe, España tendría 272 CTE, de los cuales 102 están desplazados en zona de conflicto, 65 son retornados y 104 habrían fallecido.
Frente a esta amenaza en el Sahel, «España considera que los esfuerzos en la lucha antiterrorista deben centrarse en misiones de adiestramiento enfocadas a capacitar a las fuerzas armadas y cuerpos de seguridad locales para la contención del terrorismo».
Una de estas misiones es precisamente EUTM Malí, encargada de entrenar a las fuerzas malienses y que permanece bloqueada desde hace más de un año. El contingente español es el grueso de la misma y la UE deberá decidir antes de mayo sobre su continuidad.
Aumento de la inmigración ilegal
Otra de las consecuencias de la inestabilidad en el Sahel es el aumento de la inmigración ilegal, según destaca el informe. Concretamente, señala que
«El incrementó de llegadas desde el Sahel en 2023, aunque no alcanzó los niveles de 2018, sí supuso un reto para la gestión migratoria», destaca el informe. De los 40.403 inmigrantes irregulares llegados durante el último año por la llamada ruta atlántica, según la Agencia Europea de Fronteras (Frontex), un 17% procedían de Senegal, un 14% de Marruecos y un 6% de Malí, mientras que el 44% carecían de identificación.
El DSN llama la atención sobre el hecho de que tras el golpe de Estado en Níger, que ha paralizado la colaboración en materia de seguridad de la UE con este país, es probable que «el control de los flujos migratorios decaiga en importancia dentro de la agenda política del nuevo Gobierno».