<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>Colombia acogerá el próximo Congreso Iberoamericano de Turismo Sostenible, Inclusivo y Justo, cuya <a href="https://thediplomatinspain.com/2024/03/comienza-en-cancun-el-i-congreso-iberoamericano-de-turismo-sostenible/" target="_blank" rel="noopener noreferrer">primera edición</a> se celebró esta semana en Cancún (México) con la participación de más de 60 representantes del sector público y privado de toda Iberoamérica.</strong></h4> La reunión fue organizada por <strong>el Consejo de Empresarios Iberoamericanos-CEIB y la Federación Iberoamericana de Jóvenes Empresarios (FIJE), en colaboración con la Organización Internacional de Empleadores (OIE), el Gobierno de México y ONU Turismo</strong>, y contó con la participación de más de 60 representantes del sector público y privado de toda Iberoamérica, que abordaron cuestiones de interés para la región en el ámbito del turismo. Previamente a la sesión de clausura, que tuvo lugar ayer, <strong>la presidente de ProColombia, Carmen Caballero</strong>, anunció que Colombia, “el País de la Belleza”, acogerá la segunda edición del Congreso. Durante la sesión de clausura, <strong>el secretario permanente del CEIB, Narciso Casado</strong>, presentó un <strong>Inventario de Prioridades del Turismo para el Espacio Iberoamericano</strong>, que recoge las principales conclusiones a las que llegaron en Cancún el sector público y privado de los 22 países de Iberoamérica y en el que quedó patente la necesidad de abordar la transformación inminente de la fuerza laboral del turismo a través de un enfoque de formación y capacitación que sea accesible para todos los segmentos sociales, escalable a toda la cadena de valor del turismo, adaptable a las nuevas tendencias tecnológicas, ágil de cara a las necesidades del mercado y coherente con los desafíos de sostenibilidad que enfrenta el sector. Con este fin, los representantes de Gobierno y líderes empresariales abogaron por identificar y enfocar esfuerzos en las comunidades vulnerables, avanzando hacia un nuevo paradigma de oportunidad en el que puedan ser actores clave de la cadena de valor del turismo, facilitando su acceso a la formación, a oportunidades de empleo digno y decente y a mecanismos que promuevan la equidad y la inclusión laboral. Casado habló también de impulsar políticas públicas que sitúen el desarrollo social como corazón de la competitividad de los destinos, que faciliten incentivos y estímulos y canalicen la cooperación para que el sector sea un promotor del talento donde sea que este se encuentre. El documento pone también de manifiesto la importancia de promover y facilitar la inspección, vigilancia y control como mecanismos para la formalización adecuada de todos los actores de la cadena de servicios turísticos y como una estrategia para garantizar que las problemáticas e impactos negativos ambientales y sociales del sector se aborden a todos los niveles. También se considera fundamental impulsar una planificación turística del territorio que responda a una visión sostenible y que sea el resultado de la participación de todos los actores sociales involucrados: comunidades locales, empresarios, turistas, instituciones públicas y voces expertas. El Inventario apuesta también por implementar una gobernanza para la resiliencia, con un enfoque integral de la seguridad turística que abarque la seguridad ambiental mediante ecosistemas sanos, la seguridad económica mediante el impulso de la competitividad de los actores empresariales, el empleo de calidad y las buenas condiciones laborales para los trabajadores; la seguridad social de cara a las comunidades locales, previniendo impactos negativos como el desplazamiento, el aumento del costo de vida, la restricción de acceso a servicios básicos y la gentrificación, entre otros; y la seguridad personal, para que por una parte sirva para combatir la delincuencia, la trata de personas y el narcotráfico, y por otra, proteja al turista como consumidor. El sector público y el sector privado coincidieron también en la necesidad de estimular el compromiso e implicación del turista en la transformación estructural del sector hacia la sostenibilidad, promoviendo que sea parte de la preservación de entornos naturales de los destinos, de la protección del patrimonio cultural y del desarrollo social a través del consumo y experiencia de servicios turísticos. Por último, se hizo hincapié en la importancia de fomentar la transferencia de buenas prácticas a todos los niveles de la cadena de valor, el diálogo público-privado constante y la comunicación de los destinos del espacio iberoamericano, promoviendo un nuevo enfoque de competitividad, basado en la sostenibilidad, la resiliencia y el humanismo.