<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El Ministerio de Asuntos Exteriores ha elevado el nivel de alerta terrorista en las recomendaciones de viaje a Tinduf, en Argelia, una decisión que ha indignado al Frente Polisario, que ha calificado de “reprobable” que se recurra a “la lacra del terrorismo” para “disuadir” a los españoles de visitar los campamentos de refugiados saharauis.</strong></h4> En su última actualización de las recomendaciones de viaje a Argelia, publicada en la segunda mitad de febrero, el Ministerio alerta, en letras mayúsculas, de “amenaza terrorista contra ciudadanos españoles en la zona de los campamentos saharauis”. <strong>“Ante la posibilidad de secuestros y atentados contra españoles en los campamentos saharauis de Tinduf, se recomienda no (en mayúsculas) viajar a la zona y que todos los viajeros españoles cuya presencia no sea imprescindible la abandonen en cuanto sea posible”</strong>, advierte Exteriores. El Ministerio basa su alerta en “la amenaza terrorista contra ciudadanos españoles en la zona de los campamentos saharauis”, especialmente tras “la creciente inestabilidad en el norte de Mali y el consiguiente incremento de la actividad de los grupos terroristas en la región afectan a la situación de seguridad en la zona en la que se encuentran los campamentos saharauis de Tinduf”. Esta actualización de las recomendaciones de viaje a Tinduf ha molestado especialmente <strong>al Frente Polisario, cuyo representante en Madrid, Abdulah Arabi,</strong> denunció por esas mismas fechas en una nota de prensa que se trata de una “reprochable decisión absolutamente inoportuna, descontextualizada y enmarcada en la estrategia de seguir obstaculizando el efectivo ejercicio del pueblo del Sahara Occidental a su libre autodeterminación e independencia”. “<strong>Es reprobable que, con el fin de disuadir a la ciudadanía española de visitar los campamentos donde continúa resistiendo el pueblo del Sahara Occidental, se recurra, por parte del Ministerio, a la lacra del terrorismo</strong>, el cual supone uno de los mayores retos que enfrentan los países de la región, -incluida la República Árabe Saharaui Democrática-, y a los que por este motivo, la Unión Africana dedica numerosos esfuerzos”, prosiguió. <strong>“El Frente Polisario siempre ha garantizado la seguridad de todas las personas que han viajado a los campamentos”</strong>, aseguró Arabi. “Cabe reconocer la predisposición y compromiso de todas las personas y entidades que han trasladado a esta Representación su firme intención de desplazarse al territorio, a pesar de las recomendaciones del Ministerio, para seguir acompañando y apoyando a la población refugiada saharaui”, concluyó. <h5><strong>Precedente en 2019</strong></h5> <strong>En noviembre de 2019 se dio una situación similar</strong>, cuando el Ministerio de Asuntos Exteriores advirtió, en sus recomendaciones de viaje, de que “la creciente inestabilidad en el norte de Mali y el consiguiente incremento de actividad de los grupos terroristas en la región pueden afectar a la situación de seguridad en la zona en que se encuentran los campamentos saharauis de Tinduf, por lo que se desaconsejan los desplazamientos a esa zona”. Por las mismas fechas, la ministra de Defensa, Margarita Robles (quien estaba a punto de asumir temporalmente las funciones de ministra de Asuntos Exteriores en sustitución de Josep Borrell), advirtió de que los servicios secretos habían “constatado que el Estado Islámico estaba planeando un atentado contra intereses españoles en el Sáhara”. Aquella alerta también fue duramente criticada por el Gobierno de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), controlado por el Frente Polisario, que calificó aquellas advertencias de “injustificables”. <strong>“Es España, en complicidad con Marruecos y Francia, la que prefabricó las falacias y la existencia del horror y el peligro inminente en los campamentos de refugiados saharauis”</strong> con el objetivo de “intimidar y obligar a las organizaciones humanitarias a detener sus actividades y abandonar, y de esta manera reducir el apoyo humanitario brindado a estos refugiados”, denunció en un comunicado. Pocos días después, a principios de diciembre de 2019, el Ministerio de Asuntos Exteriores volvió a elevar el nivel de la alerta terrorista en Tinduf y aseguró que la propia misión de la ONU (MINURSO) había corroborado el riesgo de atentados inminentes “contra españoles” en los campamentos de refugiados saharauis. Aquella polémica se produjo bastante antes de que el Gobierno de Pedro Sánchez anunciara, en marzo de 2022, su decisión de reconocer el plan marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental como “la base más seria y realista” para la solución del conflicto. Aquel “giro histórico”, que fue rechazado por todo el resto del arco parlamentario, incluidos los socios de gobierno, permitió superar la gravísima crisis diplomática entre España y Marruecos (que estalló en abril de 2021 tras la decisión de España de acoger en un hospital de Logroño al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, por motivos humanitarios) al precio de iniciar otra con Argelia. También se plasmó en una creciente, y criticada, complicidad de España con Marruecos en materia de derechos humanos.