The Diplomat
Medio millar de mujeres judías enviaron el pasado viernes una carta a la ministra de Igualdad, Ana Redondo, reclamando que la bandera palestina no fuera utilizada en las manifestaciones del 8-M con motivo del Día Internacional de la Mujer.
En su escrito, las firmantes señalan que «alzar la bandera de Palestina, confundiéndola con Hamás, cuyos líderes han torturado, violado, mutilado y secuestrado a mujeres y niñas» es «humillar» a las mujeres y víctimas del pasado 7 de octubre, «incluso a las mujeres palestinas».
Asimismo, piden a las ministras del Gobierno español, que «condenen a los terroristas» y envíen un mensaje de «apoyo a las mujeres» víctimas de estos, y recalcan que «el silencio» puede ser contemplado como aceptación de los hechos, que califican de «masacre misógina y antisemita».
Además, las mujeres que firman el texto recuerdan que «en Gaza los derechos para la mujer y comunidad LGTBI no existen» y aunque «lamentan la pérdida de vidas de mujeres y niños palestinos inocentes» aseguran que «no se puede hablar de comparar situaciones». “No se puede equiparar una muerte no deseada, en un espacio de guerra, con los asesinatos premeditados del 7 de octubre, de una violencia extrema en época de paz y sin provocación ninguna», dicen.
Por otra parte, el día 8, varias decenas de personas se concentraron en la Plaza de Felipe II de Madrid para condenar la violencia sexual practicada por Hamás.
Convocados por el Foro de los Familiares de Rehenes y Desaparecidos, en colaboración con seis entidades judías, los concentrados llevaban pancartas con fotografías de los israelíes secuestrados por Hamas y con textos en los que se denunciaban las violaciones perpetradas por los terroristas.
Junto con las fotografías se podían leer textos en los que se subrayaban las atrocidades cometidas sobre las mujeres y la exhibición de las mismas como trofeos.
En la manifestación estuvo presente el presidente del Movimiento Contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, quien dijo sentirse “escandalizado” por la falta de mención en los actos del 8-M de las mujeres asesinadas en Israel en el atentado del 7 de octubre, que calificó de “masacre terrorista, que además fue misógina y antisemita”.
Por su parte, el ministro consejero de la Embajada de Israel en España, Dan Poraz, denunció, en un breve discurso que la izquierda radical guarda silencio «frente a la violación sistemática y la violencia sexual que sufrieron las mujeres israelíes en la masacre de Hamás el 7 de octubre».
Tras reprochar a la ONU que haya tardado cinco meses en reconocer esos crímenes, indicó que finalmente la pasada semana Naciones Unidas emitió un informe en el que afirma que que el 7 de octubre Hamás utilizó sistemáticamente la violación y el abuso sexual como acto de guerra. “Las mujeres fueron atacadas, violadas, mutiladas y en la mayoría de los casos asesinadas», recordó.
«Además del dolor de la barbarie en sí, duele y enoja enormemente el silencio de las organizaciones feministas ante estos hechos. Silencio premeditado que va desde las organizaciones supranacionales como ONU Mujeres, la ONU o la Cruz Roja, hasta el de los gobiernos y personas en posiciones de poder y liderazgo social y, lo que crea más dolor y extrañeza, de los colectivos feministas que lejos de defender los derechos de todas mujeres han decidido callar y convertirse en feministas selectivas», dijo.