Antonio Alonso Marcos
Profesor Universidad San Pablo CEU
Mucha gente piensa que esa foto tan icónica de un solado soviético colocando la bandera en lo alto del edificio de un Reichstag semidestruido por los ataques para hacerse con Berlín se trata de un soldado sin nombre ni rostro. Nada más lejos de la realidad.
Un episodio poco conocido
Este año se celebra el centenario del nacimiento de Rakhimzhan Koshkarbayev, el oficial kazajo protagonista de esta historia. Berlín no fue liberado por los estadounidenses, sino por el Ejército Rojo, por eso estaba Koshkarbayev en aquel lugar.
Durante décadas, se hizo creer a la gente que habían sido otros dos soldados soviéticos –el ruso Mijaíl Egórov y el georgiano Melitón Kantaria— quienes habían realizado dicha hazaña. Un caso más de “Historia fake” que la investigación destapa, como quiénes fueron los auténticos culpables de la matanza de Katyn (1940) o cuáles fueron los auténticos motivos detrás de la muerte de von Rath (que dio lugar al pogromo de la Noche de los Cristales Rotos en 1938).
El pasado 30 de abril de 2021 el Ministerio de Defensa ruso publicó en su cuenta de Instagram una explicación de por qué esto ha sido entendido así durante tanto tiempo. Según figura en los partes de guerra y en las memorias de Koshkarbayev, el mayor Vasili Davídov le pidió que colocara en lo alto del edificio del Reichstag la bandera roja. Así, el Teniente Rakhimzhan Koshkarbaev y el soldado Grigory Bulatov, del 674.º Regimiento de Infantería de la 150.ª División de Infantería, se arrastraron durante siete horas entre cadáveres a lo largo de unos 260 metros hasta llegar a la escalinata del emblemático edificio, y de ahí subieron rápidamente al segundo piso, en cuya fachada colocaron una bandera “de fabricación casera”, nada que ver con un elegante estandarte. Eran las 14:25 del 30 de abril de 1945. Aquella misma noche, Egórov y Kantaria colocaron la bandera en lo alto del edificio.
Sin embargo, la foto famosa en la que el fotógrafo Yevgueni Jaldéi inmortalizó la presencia de la Bandera de la Victoria en lo más alto del Reichstag fue tomada días más tarde, el 2 de mayo de 1945, cuando el Ejército alemán se había rendido definitivamente. Había que reproducir lo que ya había sucedido antes, había que posar para que Jaldéi tomara la icónica instantánea. Ahí sí fueron Egórov y Kantaria quienes colocaron la bandera, aunque sus compañeros Koshkarbaev y Bulatov ya hubieran tomado simbólicamente el edificio pocos días antes, lo que imprimió una alta moral a las tropas soviéticas.
Un centenario discreto para un héroe discreto
Rakhimzhan Koshkarbaev nació en el pequeño pueblo de Akmolinsk –o Akmola, la actual capital de Kazajstán, Astaná— el 19 de octubre de 1924. Su madre murió en 1928 y con 13 años fue enviado a un orfanato cuando su padre –Koshkarbai Musin, un trabajador de un koljós que no sabía leer— fue declarado “enemigo del pueblo” y encarcelado durnate la Gran Purga de 1937. Con 16 años, pidió alistarse en el Ejército Rojo, cosa que no s ele concedió hasta que tuvo la mayoría de edad. Ya inmersos en la Gran Guerra Patriótica contra los nazis (1941-45), Koshkarbayev prestó servicio en un regimiento de fusileros en Kokshetau (Kazajstán) en agosto de 1942. Poco después pasó a estudiar a la Escuela General de Infantería de Tambov (Rusia) y en octubre de 1944 fue destinado al frente.
Después de la guerra se casó y tuvo una hija – Aliya—, y trabajó en una granja soviética en la provincia de Akmola, para el Ministerio de Servicios Públicos de la República Socialista Soviética de Kazajstán. En 1967 fue nombrado director del hotel Almaty, que dirigió durante casi 20 años. Además, Rakhimzhan Koshkarbayev fue elegido tres veces diputado del Consejo de Diputados del Pueblo del distrito Sovetsky de la ciudad de Almaty. Además, fue miembro del Presidium de la rama kazaja del Comité de Veteranos de Guerra Soviéticos y de la Sociedad de Amistad Soviético-Alemana.
Durante su vida recibió muchos reconocimientos, sobre todo en Kazajstán, pero también en Alemania. Recibió la Orden de la Guerra Patria (primer grado), la Orden de la Bandera Roja Militar y muchas otras órdenes y medallas de la URSS. Sin embargo, por más peticiones que hubo por parte de altos oficiales del Ejército Soviético, incluido en 1965 el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Kazajstán, Dinmujamed Ajmédovich «Dimash» Kunáyev. Nunca se le concedió el título de Héroe de la Unión Soviética, debido a que su padre había sido declarado “enemigo del pueblo”, auqnue más tarde Musin Koshkarbai fuera absuelto y se le borrara en los años sesenta dicho apelativo.
En 1980 recibió el título de ciudadano honorario de Tselinogrado (“tselini” significa “tierras vírgenes”, y con ese nombre fue rebautizada Akmola en 1961 por ser el centro del proyecto de “Tierras Vírgenes” de Nikita Krushchov). Una de las brigadas de los astilleros de Berlín lleva su nombre. Dejó sus memorias en dos libros: «Jenis zhalauy» («Estandarte de la victoria», de 1978) y Tormenta (1983). El director de cine A. Alpiev rodó para Kazakhfilm el documental «El soldado de la victoria» sobre su vida.
Murió en Alma Ata el 10 de agosto de 1988, cuando la URSS comenzaba a desmoronarse. En 1999 Nursultán Nazarbáyev le concedió póstumamente el título de Halyk Kaharmany (“héroe del pueblo”). Desde 2016 tiene un monumento dedicado a su gesta en la avenida que lleva su nombre, muy cerca de la Pirámide de la Paz y la Reconciliación (diseñada por Norman Foster).
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