<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) va a financiar un proyecto internacional para impulsar la transformación de zonas desérticas en tierras productivas y cultivables en Egipto.</strong></h4> “Aunar el desarrollo económico, la creación de empleo y la sostenibilidad medioambiental es el propósito del proyecto <em>Agricultura Innovadora en el Desierto para Medios de Vida Resilientes</em>, que llevará a cabo en Egipto el Centro Internacional para la Investigación Agrícola en las Zonas Áridas (ICARDA, por sus siglas en inglés) con financiación de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo”, informó esta semana la AECID a través de una nota de prensa. ICARDA es una organización internacional de investigación para el desarrollo que trabaja en la búsqueda de soluciones innovadoras con base científica para países de áreas secas no tropicales, a fin de reducir la pobreza y mejorar la seguridad alimentaria, hídrica y nutricional y la salud ambiental, frente a los desafíos globales, como el cambio climático. La iniciativa, cuyo presupuesto asciende a 500.000 euros durante dos años, promoverá la adopción de la agricultura integrada y sostenible en zonas desérticas por parte de agricultores, agentes privados e instituciones gubernamentales, combinando técnicas de agricultura ecológica y convencionales con prácticas innovadoras. Más de 2.500 agricultores procedentes de los gobernorados de Aswan, Sohag, Qena, Beheria y New Valley se beneficiarán de manera directa del proyecto, según la AECID. “La gestión eficiente del agua, la selección de cultivos climáticamente inteligentes y la optimización del uso del suelo cultivable contribuirán a combatir los efectos de sequias recurrentes, salinidad y explotaciones inadecuadas, maximizando la productividad agrícola al tiempo que se minimiza el impacto medioambiental y se mejora la sostenibilidad hídrica, la eficiencia energética y la seguridad nutricional”, prosiguió. Se trata de la primera iniciativa de estas características que AECID financia en Egipto, “en el marco de un decidido y nuevo impulso por acciones centradas en un desarrollo que aúne tanto los aspectos económicos como medioambientales”, concluyó.