El funcionamiento de los casinos, previamente prohibidos en Ecuador por decisión de una consulta popular en 2011, vuelve a ser tema de discusión política en el país. Y es que esta posibilidad ha sido puesta sobre la mesa nuevamente, pues se ha incluido dentro una de las once preguntas de consulta popular que el presidente Daniel Noboa, ha sometido a análisis por parte de la Corte Constitucional.
La última pregunta de la consulta plantea: «¿Está usted de acuerdo con que se permita el funcionamiento de casinos, salas de juego, casas de apuestas o negocios dedicados a la realización de juegos de azar, bajo las condiciones que se detallan en el Anexo de la pregunta 11?». El Gobierno espera llevar a cabo dicho referendum en el primer trimestre de este 2024.
El Ejecutivo sostiene que la prohibición de estos negocios conllevó a la pérdida de empleos, especialmente en las 160 salas de juego que operaban a nivel nacional. Es por ello, que ha resurgido la posibilidad de trabajar en la legalización de esta industria para su reactivación en el país.
Con esta propuesta en la agenda, se inicia una nueva confrontación política. Pero, ¿de qué hablamos verdaderamente al hablar del retorno del juego?
Estabilidad y reactivación económica ¡de todo un sector!
Además, se destaca que la operación de estos negocios «es una actividad susceptible de ser regulada, focalizada y controlada mediante la legislación».
¡Ojo! esta no fue una consideración tan a la ligera. Pues la propuesta está clara y especifica que el funcionamiento de los casinos debe tener: límites geográficos definidos, montos mínimos de inversión, requisitos de infraestructura, y se establecerá una tasa destinada al tratamiento de la salud mental y a la seguridad ciudadana. Con toda una serie de medidas regulatorias y restricciones que respaldarían la legalidad de esta actividad.
Además, la apertura y operación de estos negocios no solo generaría oportunidades de empleo directo, sino también empleos indirectos en sectores vinculados, como la hotelería y los servicios asociados.
«Este flujo de empleo no solo impulsa la economía local, sino que también constituye el medio para crear una red de estabilidad económica para individuos y comunidades enteras», argumenta el Ejecutivo.
Aunque Noboa presentó las once preguntas de la consulta como un medio para proporcionar seguridad, justicia y empleo, el analista económico Alberto Acosta Burneo comentó a EFE que, si bien la eventual reapertura de empresas de entretenimiento generaría empleo enfocado, no es una solución integral para el problema general en el país.
Según Noboa, «un casino genera empleo», especialmente en provincias como Santa Elena, «donde más de 25.000 familias se vieron prácticamente desempleadas cuando se cerraron los casinos». El presidente expresó su deseo de hacer a Ecuador más atractivo para inversores turísticos, transformándolo en un lugar con más empleo y desarrollo.
¿Posibilidad de delitos?
Por otro lado, el exmandatario Rafael Correa (2007-2017), bajo cuya administración se prohibieron los casinos, advierte sobre el peligro asociado a la pregunta 11, argumentando que «si hay algo que atrae al crimen organizado, es el lavado de dinero, y los casinos, así como los juegos de azar, son los lugares donde este fenómeno se intensifica».
Dado que Ecuador opera con el dólar como su moneda oficial, Correa sostiene que la apertura de casinos representa «la fórmula perfecta» para convertir al país en un lugar propicio para el lavado de dinero y para impulsar la actividad del crimen organizado.
Y no es solo la opinión de este político, sino que el experto en seguridad Fernando Carrión, respalda dicha postura señalando al señalar que «las industrias del entretenimiento, como los casinos, están vinculadas a formas de lavado de dinero, que pueden involucrar tanto al narcotráfico como a la corrupción, así como al no pago de impuestos en algunos casos».
Pero esa no es la verdad absoluta, pues hay más políticos y voceros con opiniones cruzadas respecto a dicha consulta popular que cambiaría el futuro de los casinos y casas de apuestas online…
Así como el economista Acosta Burneo, que discrepa con la posición de Correa al afirmar: «Es completamente inexacto. Lo que observamos son prejuicios de ciertos sectores autodenominados de izquierda, quienes, a pesar de su postura moralmente conservadora, se muestran horrorizados ante la idea de apuestas y casinos, en gran medida debido a prejuicios ideológicos moralistas».
Argumenta que en el mundo existen casinos y otras formas de entretenimiento; y si están debidamente regulados, no hay inconvenientes. Comparó esta situación con la actividad bancaria, que, aunque podría plantear riesgos como el lavado de dinero, se aborda mediante normativas adecuadas.
La autorización de los casinos «se presenta como una solución que, siempre y cuando se regule de manera meticulosa, contribuirá a fortalecer la estabilidad económica y, por ende, a mitigar la inseguridad en áreas de riesgo», según indica el presidente Noboa.
Sin duda se han generado opiniones dividas en torno a la legalización y regularización del juego, para su posible vuelta a actividades con nuevas medidas. Eso quedará en las manos de la consulta popular prevista para este primer trimestre del año.
Así tras los resultados de la pregunta 11 del referendum, se verá el destino de esta actividad económica ¿será el fin definitivo de los casinos y casas de apuestas? ¿o será este el inicio de un retorno regulado por las autoridades ecuatorianas? Ya lo veremos…