Eduardo González
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, aseguró ayer que el reconocimiento del pasaporte de Kosovo por parte de España sólo responde a una decisión de la UE y no implica un cambio de la postura tradicional del Gobierno español en contra de la declaración unilateral de independencia de la antigua provincia serbia.
“La posición de España no ha variado. España sigue sin reconocer a Kosovo y su soberanía” porque “no reconoce declaraciones unilaterales de independencia”, declaró el ministro durante una visita a la localidad manchega de Herencia.
Pese a ello, según Albares, España ha tomado la decisión de reconocer el pasaporte de Kosovo en su calidad de miembro del Espacio Schengen, “como hacen todos los Estados no reconocedores de Kosovo dentro de la Unión Europea”. Según el ministro, otros países del mundo también han reconocido “esos pasaportes ordinarios sin que eso suponga un reconocimiento de Kosovo como Estado”.
El pasado mes de abril, el Parlamento Europeo aprobó la exención de visados para los kosovares con pasaporte ordinario, cuya entrada en vigor fue programada para el 1 de enero de este año. Por aquellas mismas fechas, el propio Albares anunció que España no aplicaría la eliminación de los visados de corta estancia para los ciudadanos kosovares, a pesar del apoyo de la UE, porque España “no reconoce a Kosovo y no reconoce los pasaportes kosovares”.
No obstante, el Ministerio de Asuntos Exteriores confirmó este pasado domingo que, finalmente, España ha aceptado, desde el pasado 1 de enero, la validez del pasaporte ordinario de Kosovo después de que la antigua provincia serbia se haya incorporado en esa fecha al régimen de exención de visado en el espacio Schengen.
Kosovo proclamó unilateralmente su independencia de Serbia el 17 de febrero de 2008. Más de 110 países de Naciones Unidas han reconocido ya a Kosovo como Estado, entre ellos 22 países de la Unión Europea. España., que figura entre los cinco Estados de la UE que no reconocen a Kosovo (junto a Grecia, Chipre, Eslovaquia y Rumania), ha asegurado que solo dará el reconocimiento cuando Serbia y Kosovo lleguen a un acuerdo. España ha defendido desde el primer momento esta postura para evitar las repercusiones que la aceptación de una declaración unilateral de independencia podría tener en el contencioso catalán.