Eduardo González
La identificación de los Reyes Magos como los “regaladores” por excelencia de la Navidad en España y en la mayoría de los países latinoamericanos tiene raíces muy lejanas. No obstante, el gran paso se produjo en el siglo XVI, cuando la Iglesia decidió sustituir el aguinaldo, de origen pagano, por el reparto de regalos en la Pascua de los Reyes Magos.
Como es sabido, la primera referencia a los Magos de Oriente se encuentra en el Evangelio de San Mateo, donde no se precisa número, nombre ni cargo real alguno, y no fue hasta el siglo VI cuando se registraron por primera vez los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar en un mosaico de la iglesia de San Apolinar Nuovo, en Rávena (Italia).
La fiesta de los Reyes Magos coincide con la celebración, en la noche del 5 al 6 de enero, de la primera de las tres Epifanías del año litúrgico cristiano, concretamente la que simboliza la revelación de Jesús ante el mundo pagano, representado por los Magos.
Andando el tiempo, y una vez superadas las disputas teológicas iniciales sobre cuál debía ser la celebración más importante de la Navidad (Nacimiento de Jesús o Epifanía), la unificación de ambas condujo a que cada país escogiera una u otra fecha como el día por excelencia para los regalos.
La mayoría de los países optaron por la Nochebuena, pero en España, donde al igual que en otros países católicos se unificó la Epifanía con la festividad de los Reyes Magos, el punto de inflexión se produjo en el siglo XVI, cuando la Iglesia prohibió la costumbre de repartir juguetes o dulces como aguinaldo (una tradición feudal francesa de origen pagano) y establecer, en compensación, la Pascua de Reyes como símbolo de la victoria del día sobre la noche. A partir de entonces, los Reyes de Oriente pasaron a estar indisolublemente asociados a los regalos de Navidad.
Como tantas otras costumbres, los Reyes Magos viajaron a bordo de los barcos de los españoles que conquistaron y colonizaron el Nuevo Mundo. En la actualidad, la fiesta está especialmente arraigada en Puerto Rico, donde, según algunas tradiciones no corroboradas, se celebró la primera misa de la historia de América precisamente un 6 de enero. En la isla, los niños colocan grama fresca en una caja de zapatos para que se la coman los camellos, y al día siguiente la caja aparece vacía de grama y llena de regalos.
La tradición de poner zapatos en la víspera de los Reyes Magos existe también, con sus diversas variantes, en Venezuela, Argentina, Uruguay, Perú, República Dominicana y Paraguay.
Una variante curiosa de esta tradición se encuentra en Italia, otro país de fuerte tradición católica, donde la Befana, una bruja buena que guió a los Reyes Magos cuando se dirigían a Belén (y cuyo nombre deriva precisamente de Epifanía), trae dulces a los niños que han sido buenos en la noche del 5 al 6 de enero.