<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>El aventurero español Santiago Sánchez Cogedor, excarcelado el pasado domingo después de pasar quince meses en una cárcel de Irán, llegó ayer a Madrid, donde afirmó que los españoles no saben “lo afortunados” que son por “haber nacido aquí” y elogió las gestiones del embajador de España en Teherán, Ángel Losada, para lograr su liberación.</strong></h4> <strong>Losada “ha sido un auténtico fenómeno, ha hecho un máster en negociación”, declaró el madrileño, de 41 años, a su llegada al Aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid-Barajas</strong>, donde fue recibido por familiares y amigos. “Es muy difícil negociar con estas personas” y tanto el Ministerio de Asuntos Exteriores como la Embajada en Irán “han hecho malabares para que esta salida se produzca en un país tan convulso”, explicó. El embajador y su familia celebraron a cena y comieron las uvas de Nochevieja con Santiago. “Fue una experiencia única, inolvidable”, declaró el español. <strong>Su madre, Celia Cogedor, también se deshizo en elogios a Losada. “Ha hecho lo posible y lo imposible,</strong> anoche estuvo con él hasta que le dejó en el avión y hasta que no despegó el avión no se fue para casa”, declaró a los periodistas mientras esperaba la llegada de su hijo desde el aeropuerto de Dubái. <strong>“Se ha portado como un padre”,</strong> añadió. “Es un ser extraordinario y estamos convencidos de que, si no es por él, mi hijo no sale, pero no sale en años, porque la siguiente cita que tenía para que le viera el juez era en enero del 25”, afirmó. Según informó la Embajada de Irán en España a través de la red social X, la puesta en libertad de Sánchez Cogedor se llevó a cabo “<strong>en el marco de las relaciones amistosas e históricas entre los dos países y en cumplimiento de las leyes”.</strong> Santiago Sánchez Cogedor fue <strong>detenido a su paso por Irán cuando se dirigía a pie a Qatar para asistir al Mundial de futbol y después de visitar la tumba de Masha Amini,</strong> una joven kurda que murió bajo custodia policial tras haber sido arrestada por llevar mal el velo y cuyo fallecimiento causó grandes protestas en el país, con alrededor de 500 muertos, miles de detenidos y varias ejecuciones. Según su madre, Sánchez Cogedor su hijo fue engañado por un “opositor del régimen” que lo recibió en Irán y lo llevó a la tumba de Mahsa Amini para que hiciera una foto y la difundiera en redes sociales. Como consecuencia de ello, recuerda el joven, Santiago Sánchez Cogedor permaneció no solo quince meses en “una de las peores cárceles del mundo”, sino que <strong>permaneció durante todo ese tiempo bajo el riesgo de “una posible sentencia a muerte</strong>, que no lo sabe nadie”, porque en Irán, el espionaje (el principal cargo que pesaba en su contra) se pena con sentencia de muerte. “Me lo he comido con patatas, comiéndome los dedos”, declaró el joven español, quien, admitió, no guarda ningún rencor a nadie. “Esas cosas son mías, porque <strong>guardar odio y rencor no es bueno, es de cobardes”,</strong> afirmó. “Ha sido muy duro, pero estoy aquí, no sabemos lo afortunados que somos por nacer aquí”, manifestó. De su dura experiencia en Irán, <strong>a Sánchez Cogedor le quedan como recuerdo los 500 presos iranies con los que compartió cautiverio en la prisión de Evin</strong>, que lo mantearon y le entregaron una carta de despedida en el momento de marcharse. “Aprendiste a ser feliz con poco, y ese poco lo compartías con los demás”, dice la carta, firmada por el preso más antiguo del penal y leída ante los medios por el aventurero español. “Nos enseñaste que se puede disfrutar de lo malo, y que al final seguro que no es tan malo”, prosigue. “Aprobaste el examen de la paciencia y la soledad con tu fuerza interior, el respeto y la educación con tu constancia diaria”, concluyó.