Hasta el próximo 14 de enero, la Fundación Casa de México presenta en su Sala de proyectos (planta cero) la exposición Habitar la ciudad, que muestra el trabajo de tres artistas mexicanos emergentes que a través de su obra reflexionan sobre el entorno urbano.
Esta muestra exhibe 29 pinturas de tres jóvenes artistas mexicanos: Ana Santos, Itzamna Reyes y Edgar Solorzano, que hablan sobre el entorno citadino. Hay muchas formas de habitar un espacio, de recorrerlo, de percibirlo, de observarlo. Puede ser una acción automática e inconsciente, o una experiencia profunda y memorable.
La ciudad es un espacio que se transita y se vive, que guarda memoria y provoca añoranza, que en ocasiones nos despersonaliza y en otras nos humaniza, un espacio de crecimiento y descubrimiento continuo.
Ana Santos (Oaxaca, 1978) retoma mapas y planos de su ciudad natal para crear una serie de pinturas en las que marca caminos y recorridos que parecen ser testigos del tiempo, desde el pasado representado por vestigios de sitios arqueológicos hasta el presente, por medio de una mancha urbana que crece y se desplaza junto con sus habitantes.
Itzamna Reyes (Ciudad de México, 1988) plasma en sus lienzos lo que observa desde la ventana del transporte público durante su traslado cotidiano de la periferia hasta algún punto de la ciudad de México, siendo testigo de cómo el paisaje semi-rural se va transformando. Los amarillos-ocres de las milpas dan paso a los grises del concreto, postes de luz, coladeras, cables, puestos de comida, basura o pasos a desnivel.
Edgar Solorzano (Ciudad de México, 1989) concentra su mirada en la percepción personal, en espacios íntimos que surgen del imaginario colectivo, pues sus recuerdos personales coinciden con los de otros que a su vez habitan un espacio definido. Cortinas que hablan de la repetición, la velocidad ocular, de esos microsegundos o umbrales que se convierten en un cambio de atmósfera. Territorios que representan una transición entre lo que se ve a la distancia y lo que se percibe con el cuerpo.