<h6><strong>Aïda Sánchez-Aquí Europa</strong></h6> <h4><strong>Los ministros de Economía y Hacienda de la UE, reunidos ayer por videoconferencia en el marco del Consejo de Asuntos Económicos y Financieros (Ecofin), han llegado a un acuerdo para la reforma de las reglas fiscales. </strong><strong>La reforma del marco de gobernanza económica, una de las prioridades de la Presidencia española del Consejo de la UE, establece nuevas reglas de control del déficit y de la deuda.</strong></h4> <strong>Un pacto entre Alemania y Francia este martes por la noche ha permitido un acuerdo in extremis para poder cerrar la reforma durante la Presidencia española.</strong> Estas nuevas reglas fiscales llegan después de una negociación que ha durado meses y buscan ser más flexibles que las anteriores, que se encuentran suspendidas desde hace casi cuatro años por la pandemia del COVID 19 y la posterior crisis energética e inflación. Los Gobiernos son quienes podrán decidir, en una mayor medida, a qué ritmo quieren ir reduciendo su deuda, para evitar, especialmente, la antigua austeridad que había acabado perjudicando más que beneficiando sus economías. Los 27 Estados de la UE quieren que, incluso en época de crisis, los países puedan seguir invirtiendo, aunque los países que peor situación tengan tendrán que negociarlo con la Comisión Europea. "El acuerdo sobre las reglas fiscales es una noticia importante y positiva; dará certidumbre a los mercados financieros y reforzará la confianza en las economías europeas. La Presidencia española ha liderado un proceso de negociación que ha culminado hoy en el acuerdo de los ministros de finanzas de los 27 Estados miembros, cumpliendo así con el mandato del Consejo Europeo", ha afirmado <strong>la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Comercio y Empresa, además de próxima presidenta del BEI, Nadia Calviño.</strong> Las nuevas normas incorporan salvaguardas con umbrales de referencia para todos los países con el fin de garantizar una reducción efectiva media anual de un punto porcentual de la ratio de deuda para países con deuda superior al 90% y 0,5% para los que estén entre 60% y 90%. Un margen fiscal de déficit estructural del 1,5% del PIB por debajo del 3% en el brazo preventivo. Una velocidad de ajuste del déficit estructural primario para estos países del 0,4% del PIB al año, que podrá reducirse al 0,25% en caso de extensión de cuatro a siete años. Las reglas contemplan un régimen transitorio hasta 2027 que suaviza el impacto de la subida de la carga de intereses, protegiendo la capacidad de inversión.