<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El último Consejo Europeo de la Presidencia española del Consejo de la UE concluyó ayer en Bruselas con la histórica decisión de iniciar las negociaciones de adhesión de Ucrania y de Moldavia, pero, al mismo tiempo, sin un consenso sobre la revisión intermedia del Marco Financiero Plurianual (MFP), el presupuesto hasta 2027, del que depende la ayuda de 50.000 millones de euros para Kyiv. En ambos asuntos, el principal escollo fue el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán.</strong></h4> <strong>En su habitual tono optimista, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hizo ayer un balance muy positivo del Consejo durante la rueda de prensa final, en la que compareció junto al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen</strong>: “El 1 de julio, tuve la ocasión de iniciar la Presidencia rotatoria con un viaje a Kyiv, y de reunirme con (el presidente de Ucrania, Volodimir) Zelenski para trasladarle la voluntad manifiesta de todos los Estados miembros de aprobar el acuerdo histórico alcanzado ayer”, declaró. “Es un honor para España que la apertura de negociaciones de adhesión de Ucrania se haya producido bajo nuestra Presidencia”, añadió. Sánchez conversó el jueves por la noche con Zelenski “para felicitarle por la decisión del Consejo Europeo de abrir las negociaciones de adhesión de Ucrania a la UE”, según declaró el jefe del Ejecutivo a través de X. “El pueblo ucraniano está un paso más cerca de culminar sus aspiraciones de libertad y progreso, los valores que definen nuestra Unión”, prosiguió. “Seguiremos apoyando a Ucrania en este camino”, concluyó. Por su parte, Zelenski anunció por la misma red social que había hablado con Sánchez para agradecerle “por su apoyo personal a la importante decisión de iniciar las conversaciones de adhesión de Ucrania a la UE”. “La Presidencia española de la UE concluye con un resultado tan potente que sin duda pasará a la historia”, añadió el presidente ucraniano. <strong>El acuerdo sobre Ucrania y Moldavia pendió de un hilo desde el principio a causa de la firma oposición de Orbán</strong>. Finalmente, el dirigente húngaro y el resto de líderes europeos llegaron a un acuerdo este pasado jueves para que el primer ministro magiar se ausentara de la sala en el momento mismo de la votación a fin de evitar el veto de Budapest. El propio Orbán declaró ayer que había decidido salir de la sala para que su país no cargase con esta “mala decisión”. En todo caso, advirtió de que todavía mantiene margen para bloquear el proceso y recordó que cualquier adhesión de un nuevo Estado requiere de la aprobación unánime de los Parlamentos nacionales y, por tanto, que la decisión adoptada esta semana en Bruselas no puede darse por definitiva. <h5><strong>Marco Financiero Plurianual</strong></h5> <strong>Orbán también fue el protagonista negativo del otro gran objetivo de la cumbre europea de Bruselas: la revisión del Marco Financiero Plurianual.</strong> Tras la luz verde al inicio de las negociaciones de adhesión, el primer ministro magiar advirtió en una entrevista radiofónica de que “los húngaros no pagarán las consecuencias económicas de esta decisión”, y el resultado de ello fue el veto de Budapest a la aprobación de un paquete de ayuda para Ucrania valorado en 50.000 millones de euros. “Tuve que vetarlo”, declaró. El bloqueo de Hungría no se quedó allí y se extendió a la revisión intermedia del Marco Financiero Plurianual (MFP), el presupuesto hasta 2027, del que depende, precisamente, la ayuda de 50.000 millones de euros para Kyiv. “Resumen de la noche: veto al dinero extra para Ucrania y veto a la revisión del MFP”, escribió Orban en X en la madrugada del viernes. “Volveremos a tratar este tema el próximo año en el Consejo Europeo después de una preparación adecuada”, añadió. Hungría ha mostrado una actitud bastante díscola respecto a la guerra de Ucrania casi desde el principio, contribuyendo en ocasiones a retrasar la adopción de sanciones contra Rusia, aunque sin llegar a vetarlas. Pero en el caso del MFP, Orbán sí se ha mostrado especialmente beligerante en represalia por la decisión de la Comisión Europea de congelar alrededor de 22.000 millones de euros procedentes de los fondos europeos de recuperación a causa de sus dudas sobre la calidad del Estado de derecho en Hungría. Según explicó <strong>Charles Michel</strong>, la actual caja de negociación cuenta con el apoyo de 26 Estados miembros. <strong>“Tenemos a 26 líderes que están de acuerdo. Suecia tiene que consultarlo con su Parlamento, porque es su procedimiento habitual, pero hay un país que no puede. Así que volveremos a intentarlo a principios del próximo año”</strong>, declaró. En todo caso, Michel destacó la capacidad de los jefes de Estado y de Gobierno europeos de respaldar políticamente la caja negociadora del MPF “en un tiempo récord”. “Aquí, en pocas horas, hemos conseguido hacer una propuesta equilibrada con un amplio apoyo político” y el apoyo de 26 países demuestra “que vamos en serio, que queremos ser creíbles y que queremos hacer todo lo posible para proteger y defender nuestras necesidades fundamentales”. <strong>Pedro Sánchez también vio el vaso medio lleno en este asunto</strong>: “Hemos logrado algo muy importante, y es asentar un acuerdo a 26”. “La Unión Europea somos 27 y, por tanto, yo estoy convencido de que, bajo la Presidencia belga, en los próximos seis meses, vamos a contar con el buen hacer del primer ministro Alexander de Croo para lograr ese acuerdo a 27”, prosiguió. “No sé si será más fácil o más difícil que el acuerdo previo alcanzado a 26, pero, en todo caso, le corresponderá a él lograr esa actualización del Marco Financiero tan necesaria”, añadió.