<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El Gobierno español ha forzado la expulsión de al menos dos espías norteamericanos destinados en la Embajada de Estados Unidos en Madrid por haber sobornado a dos agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) para obtener información secreta.</strong></h4> Según informó ayer el diario <em>El País</em> a partir de fuentes gubernamentales, los hechos sucedieron a finales de septiembre, cuando <strong>la ministra de Defensa, Margarita Robles (de la que depende el CNI), y el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, convocaron a la embajadora de EEUU en Madrid, Julissa Reynoso, para pedirle explicaciones y trasladarle su malestar por la captación y compra de los agentes del CNI,</strong> un hecho que, según fuentes del Gobierno, representa una “acción hostil e insólita contra el servicio de Inteligencia español”. Según las mismas fuentes, <strong>la embajadora Reynoso “pidió disculpas por lo sucedido”</strong> y prometió la máxima colaboración con los investigadores. La operación comenzó antes del verano, después de que, durante un control de seguridad del CNI, se descubriese que <strong>dos agentes habían accedido a información clasificada que no precisaban para su trabajo y cuyo acceso no les estaba autorizado</strong>. Las investigaciones abiertas revelaron que al menos uno de los agentes había sido captado por espías de Estados Unidas para que les consiguiera información secreta a cambio de una importante cantidad de dinero. <strong>Los dos agentes, un jefe de área y su ayudante, fueron detenidos hace dos meses</strong>, después de que la directora del Centro, Esperanza Casteleiro, denunciase los hechos ante la Fiscalía de la Audiencia Nacional y de que ésta trasladase el caso a la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. El caso, que está actualmente en manos de los juzgados de Plaza de Castilla (Madrid), se encuentra bajo secreto por orden del juez. Los dos agentes están siendo investigados por revelación de secretos, aunque también podrían enfrentarse a una acusación de traición por espionaje para una potencia extranjera, lo que acarrea penas de entre seis y doce años de cárcel. <strong>Margarita Robles confirmó este pasado lunes la apertura de las investigaciones y el ministro de Justicia, Félix Bolaños, puso a disposición de los investigadores “toda la documentación y colaboración” que pueda aportar el Gobierno.</strong> Aparte, <strong>por acuerdo de Robles y Albares, los dos agentes estadounidenses fueron expulsados “discretamente” de España. </strong>No obstante, según comprobó ayer el diario <em>El Mundo</em>, el Gobierno habría expulsado ya a tres espías estadounidenses y habría solicitado la expulsión de un cuarto. Los agentes estaban destinados en la Embajada de su país y figuraban como “registrados”, es decir, <strong>acreditados como tales ante los servicios de Inteligencia</strong> españoles, una práctica habitual entre países y servicios de Inteligencia “amigos”, según indicaron fuentes de Defensa al mismo rotativo. Por su condición de acreditados, los espías norteamericanos contaban con mayor libertad para moverse por territorio español y tratar con compañeros de profesión. En declaraciones a la prensa durante una visita la Brigada Guadarrama XII, la ministra de Defensa aseguró ayer que <strong>este caso no va a afectar “en ningún caso” a la relación entre EEUU y España. </strong>“Se trasladaron en su día, en su momento, las quejas por parte de España”, pero “en ningún caso afecta al núcleo fundamental de las relaciones entre dos países que son aliados y amigos”. “Cuando hay cuestiones que puedan afectar, se hablan y se tratan”, aseguró. Durante su intervención del pasado martes ante el Congreso de los Diputados, con motivo de la comparecencia de Albares para explicar la postura de España respecto a la guerra de la Franja de Gaza, <strong>el vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons</strong>, justificó la operación de espionaje de Estados Unidos a través del CNI. “Hasta hace nada ustedes espiaban a los independentistas y eran espiados por Marruecos”, pero “ahora ustedes no espían a nadie y a ustedes les espían los Estados Unidos; ni sus aliados se fían de lo que traman”, afirmó.