<h6><strong>Alberto Rubio</strong></h6> <h4><strong>“Este seminario es una excelente oportunidad para comprender que la producción de aceite de palma puede ser sostenible”, dijo el embajador de Indonesia, Muhammad Najib, en la apertura del Foro de la Comunidad Epistémica Indonesia-España sobre Aceite Vegetal Sostenible, que se celebró en Madrid el pasado jueves.</strong></h4> <strong>Eliminar la imagen negativa que se tiene del aceite de palma,</strong> reunir apoyos para su producción de forma sostenible y desarrollar redes de distribución son los objetivos que se ha marcado el Gobierno indonesio con esta <strong>gira europea de expertos que comenzó en Madrid y seguirá por otras capitales europeas.</strong> Un tercer objetivo es <strong>promover la aceptación de la denominación ‘Aceite de Palma Sostenible de Indonesia’ (Indonesia Sustainable Palm Oil - ISPO)</strong> como una certificación que garantice la calidad del producto y elimine dudas acerca de su salubridad. En el encuentro participaron Musdhalifah Machmud, asesora del Ministerio de Economía para Conectividad, Desarrollo de Servicios y Recursos Naturales; Diah Suradiredja, asesora de Políticas de la Fundación KEHATI; Rio Budi Rahmanto, jefe del Centro de Estrategia de Política Multilateral del Ministerio de Relaciones Exteriores de Indonesia; Carmen Baguena Ferratges, asesora de la Fundación Española del Aceite de Palma Sostenible; e Insan Syafaat, director ejecutivo de PISAgro, una de las empresas indonesias más importantes del sector. <strong>Rio Budi Rahmanto </strong>aseguró que Indonesia, el mayor productor mundial de aceite de palma, está dando pasos para establecer un equilibrio entre los objetivos sociales y el desarrollo económico, por un lado, y la sostenibilidad del medio ambiente. Por ello, indicó que es necesario tener un diálogo constructivo y fortalecer un partenariado global. “<strong>Estamos preparados para crear un marco global que impulse un producción sostenible de aceites vegetales</strong>”, afirmó. En contraste con las acusaciones de deforestación masiva que se han lanzado desde Europa, <strong>Musdhalifah Machmud aportó el dato de que las plantaciones de palma sólo cubren 16 millones de hectáras, el 7,4% del territorio indonesio</strong> (189 millones de hectáreas). No obstante, insistió, Indonesia está desarrollando políticas de reforestación y de producción respetuosa con el medio ambiente. <strong>El sector del aceite de palma en Indonesia da empleo, directa o indirectamente, a casi 23 millones de personas </strong>(el 25% de su fuerza laboral) y es vital para muchos pequeños agricultores que trabajan el 41% de las tierras de cultivo. Como subrayó Musdhalifah Machmud, “la industria del aceite de palma tiene un papel importantísimo en la mejora del bienestar social y la estabilidad regional”. El aceite de palma, <strong>de cuyo consumo hay evidencias que se remontan 5.000 años,</strong> tiene numerosas aplicaciones en los sectores agroalimentario, industrial y energético. Se utiliza como aceite para cocinar, producir ’biofuel’ y en el campo de la cosmética, entre otros. Eso le convierte en <strong>el aceite vegetal con mayor producción del mundo.</strong> <strong>España importa desde Indonesia el 54% del aceite de palma que compra,</strong> mientras que exporta el 47% del aceite de oliva que consume el país asiático. Según Diah Suradiredja, esto hace que “ambos países mantenga una relación única en el sector”.