Javier Elorza
Embajador de España jubilado
* Foto widget Carmen Suárez / Cortesía de The Objective
La crisis en Francia de los chalecos amarillos llevo a la constitución de la Conferencia sobre el Futuro de Europa en diciembre del 2020 para escuchar las ideas de la ciudadanía al respecto. En el Informe final que se adoptó por el Pleno en abril del 2022 había 325 medidas propuestas, de las cuales el 90% se podían llevar a cabo por las Instituciones europeas sin revisar los Tratados. Sin embargo, había 24 que la exigían. La Comisión y el Parlamento aceptaron esa reivindicación y propusieron que se convocara una Convención, que iría seguida de una Conferencia Intergubernamental, en virtud del artículo 48 del Tratado de la Unión Europea. El Consejo fue mucho más cauto y cuando se votó este asunto, más de la mitad de los Estados miembros se opusieron a tal convocatoria con lo que la Convención no pudo constituirse.
Quedaba otra alternativa. En el citado artículo 48, se preveía la posibilidad denominada de las pasarelas consistente en que el Consejo Europeo pudiera decidir por unanimidad pasar a mayoría cualificada casi todos los artículos en que hoy el Tratado de Lisboa prevé la unanimidad. La Presidencia Checa hizo un cuestionario preguntando a los Estados miembros que pasarelas aceptarían que pasaran a mayoría cualificada. El resultado fue totalmente negativo al existir vetos en todas y cada una de las posibles pasarelas.
En suma, no era posible revisar los Tratados hoy en día. Muchos temían que se repitiera la experiencia de la Constitución de Giscard que no vio la luz por sendos referéndums negativos, francés y neerlandés. Hoy habría 3 o 4 más. Otros porque se presentarían muchas propuestas regresivas, especialmente por parte algunos países el Este. Algunos porque temían que los grandes volverían a dar otra vuelta de tuerca reduciendo aún más los derechos de los países pequeños y medianos en el Consejo, la Comisión y el Parlamento Europeo.
Este asunto se cruzó con la invasión de Ucrania, reaccionando visceralmente la Unión con la concesión a dicho país del status de candidato a la adhesión en el 2022. Se sumaba así a otros 7 países que estaban a la cola para entrar en la UE. La politización de la guerra afloro este tema en la mesa del Consejo coma una de las cuestiones importantes y urgentes del Consejo Europeo. Nuevamente los alemanes exigieron como condición previa reformar la Unión y sus Tratados antes de lanzarse a futuras ampliaciones. El Gobierno alemán es muy favorable a la adhesión de Ucrania (a diferencia de los alemanes de a pie que tienen posiciones mucho más reacias y frías en el euro barómetro, solo 42% a favor de esa ampliación en Alemania, 52% en la media comunitaria y más del 70% en España). El mundo al revés. También ese porcentaje se explica poque en Alemania las ministras de Exteriores y la de Europa y el Clima, pertenecen al partido verde tradicionalmente entreguista con Europa, respectivamente, Annalena Baerbock y Anna Lührmann. Baste recordar a Joshka Fisher también ministro de Asuntos Exteriores con Schroeder.
Por ello los alemanes defienden la tesis de que hay que reformar previamente los Tratados antes de proceder a cualquier ampliación. Como muestra, esta primavera constituyeron un “grupo de amigos de la mayoría cualificada para la política exterior y de seguridad común (PESC)” compuesta por 9 países, los 6 fundadores, más Eslovenia, Finlandia y España. Por ahora ese grupo no ha tenido ningún éxito en su proselitismo. ¿Cabe imaginar a Grecia renunciando a la unanimidad en política exterior con los graves problemas de todo tipo que tiene con Turquía?, o ¿, o los países de Visegrado, temerosos del poder alemán en Bruselas? O ¿Portugal siempre muy atlantista? El ministro Albares no se atrevió a incluir esta cuestión en su reunión Gymnich de este verano.
Sin embargo, el directorio franco alemán (Emmanuel Macron es muy favorable a la adhesión de Ucrania) no ha cejado y de una manera subrepticia ha creado un grupo de 12 sabios, teóricamente “independientes”, procedentes solo de Francia y de Alemania (Instituto Jacques Delors, Universidades francesas y alemanas, miembros de think tanks, eso sí sin experiencia negociadora alguna en Bruselas (salvo una exeurodiputada francesa)). El 19 de septiembre pasado publicaron su informe presentando por la ministra alemana Lührmann y la ministra francesa Laurence Boone.
En ese informe reconocen que “la ampliación no es posible ahora ni técnica, ni económica ni políticamente”. Ello no les impide exijir la inmediata reforma de los Tratados (apoyando sin ambages la tesis alemana), propugnar la aplicación rápida de las pasarelas, la introducción de nuevas modalidades para las ampliaciones que permitan dar acceso a los candidatos a algunas políticas y participar en ellas u aprobar “opting ins” en algunos casos, en fin, permitir la gradualidad en la entrada (tesis defendida hace un año por Sebastián Maillard ex director del Instituto Jacques Delors). Esta operación seria jurídicamente muy complicada (¿se les podría llevar al Tribunal de Justicia?, ¿ponerles multas?, ¿qué contribución pagarían por ese acceso parcial.? Además, los “12” proponen que esos opting ins y accesos sectoriales se decidan por mayoría cualificada en el Consejo(!), lo que exigiría revisar los Tratados. Concluyen con otra novedad, la de ponerle fecha a la ampliación fijando el año 2030 como límite para llevarla a cabo. Ya Charles Michel presidente del Consejo Europeo señaló este verano que “no veremos nuevos socios de la UE hasta el 2030”, lo cual en lenguaje paladino belga significa que “si habrá nuevos socios en el 2030.” Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión, única competente en la materia saltó a la palestra inmediatamente para rechazar ese planteamiento dejando claro que las ampliaciones tendrán lugar solo cuando se cumplan las condiciones exigidas y no antes, ni de manera artificial.
Es más, los “12” le quieren poner el deber a la presidencia española para que en el Consejo Europeo de diciembre de Bruselas el Consejo se “comprometa” a que la ampliación tendrá lugar el 2030, pidiendo un compromiso similar a los candidatos. Y como según la tesis alemana, que Francia parece compartir, solo es posible ampliar si se reforman previamente los Tratados (aplicación generalizada de las pasarelas, reducción del número de comisarios etc.), pues vamos a ponernos a ello sin tener en cuenta que no existe mayoría suficiente de países en el Consejo para desencadenar ese proceso de reforma de acuerdo con los tratados. El directorio quiere forzar la voluntad de los restantes Estados miembros, nuevamente como hicieron en la Convención, saltándose la legislación vigente. Insólito e inaceptable.
Para España la modalidad de utilizar las pasarelas no nos interesa en absoluto. Al quitarnos los votos del Tratado de Niza por la cesión que hicieron Rodríguez Zapatero y Moratinos en el Tratado de Lisboa perdimos nuestra capacidad de influencia y mucho poder a cambio de nada. Habría que reducir previamente a cualquier revisión de los Tratados, el porcentaje de las minorías de bloqueo al 29%/30% de la población (porcentajes históricos de las minorías de bloqueo desde la adhesión del Reino Unido en 1973), como minino, y cambiar el 35% actual.
Por último ¿Por qué esta prisa por ampliar?, cuando existe un artículo 42 párrafo 7 en el Tratado de la Unión Europea que reza “Si un Estado comete una agresión armada contra el territorio de un Estado miembro, los demás le deberán ayuda y asistencia con todos los medios a su alcance…”. Esto es, igual que el artículo 5 del Tratado OTAN (ayuda inmediata e incondicional militar), pero sin los EEUU. Mientras haya guerra en Ucrania jamás podría adherirse al Tratado de la Unión. El presidente Biden y el secretario general de la OTAN Stoltenberg declararon hace meses que no cabía adherir Ucrania a la OTAN antes de que la guerra acabara porque si no entraríamos en la 3ª guerra mundial al aplicar el artículo 5 del Tratado de la OTAN. En la UE, igual, sin los americanos ni Gran Bretaña.
Y ¿por qué poner una fecha que no garantiza en absoluto que Ucrania y los 5 países de los Balcanes que están esperando vayan a haber hecho sus deberes? Las ampliaciones no pueden ser solo políticas, sino que deben estar amparadas en hechos ciertos que permitan a los nuevos candidatos hacer frente a sus futuras obligaciones de miembro.
© Todos los derechos reservados