<h4><strong>Reza Zabid</strong></h4> <h5>Embajador de Irán en España</h5> <h6><strong>Alberto Rubio</strong></h6> <h4><strong>Se muestra orgulloso del “papel directo que tuve en las negociaciones para el restablecimiento de las relaciones con Arabia Saudí”, cuando era director general para Asia del Ministerio de Exteriores de Irán. Ahora, como embajador en Madrid, Reza Zabib está convencido de que “España se encuentra en la mejor posición” para servir de puente y superar los desencuentros con la Unión Europea “porque es el país más cercano a la cultura oriental”.</strong></h4> <b>¿Cómo se concreta esa propuesta?</b> En un artículo que publique al inicio de la Presidencia española de la UE, ofrecí el apoyo de Irán a España para llevar a cabo esa iniciativa. Es una gran capacidad que se está ofreciendo a España. Incluso después de su Presidencia, España podrá seguir desempeñando este papel. Sería una gran marca que España fuera la defensora del dialogo para ayudar a mejorar los problemas que pueda haber tanto en un lado como en el otro. <b>En general, las relaciones bilaterales entre Irán y España han sido buenas, a pesar de que la pandemia supuso un notable frenazo. ¿Cómo se puede recuperar esa fluidez que había antes en los contactos políticos bilaterales? </b> Es cierto. La última visita ministerial a Irán fue en 2018. Pero el contacto sigue a buen ritmo a otros niveles. Hace poco menos de dos años estuvo en España el viceministro para Asuntos Políticos de Exteriores, Ali Baqeri Kani. Fueron unas conversaciones muy positivas. Y, en todo caso, ambos ministros de Exteriores mantienen contactos telefónicos permanentes. Siempre están en nuestra los encuentros en los márgenes de cualquier evento internacional. Borrrell y su equipo negociador es otra forma en la que se aprecia el modo de actuar de la diplomacia española. Creo que ese enfoque diplomático ha ayudado a un mejor entendimiento entre Irán y la UE. La reciente visita del responsable de la UE para el Golfo Pérsico, Luigi Di Maio, es un buen ejemplo. De no haber sido por la Presidencia española de la UE, el tratamiento hubiera sido diferente. Dicho eso, existe un buen nivel de contactos diplomáticos entre ambos países, aunque por supuesto siempre buscamos tener un mejor contacto con España. <b>¿Se puede decir que España es, por tanto, su mejor aliado en la UE?</b> Desde mi punto de vista, es correcto. Puede ser poco diplomático decirlo así de claro, pero sí. En Irán decimos que en la UE hay 26 países más uno, España. El hecho de que hayamos tenido relaciones diplomáticas durante más de 400 años significa algo. <b>Aparentemente está paralizado el acuerdo de 2017 sobre cooperación económica. Hasta ahora solo se ha celebrado una reunión del grupo Oil, Gas and Petrochemical (2018). ¿Esperan retomar pronto esa hoja de ruta?</b> Hablando desde un punto de vista legal, el acuerdo ha expirado. Ahora estamos trabajando para renovarlo, aunque eso no ha sido un impedimento para las relaciones económicas entre ambos países. A pesar de las sanciones ilegales unilaterales de EEUU, podemos decir que el volumen de cooperación comercial y económica entre ambos países es aceptable, aunque eso tampoco quiere decir que ambas partes estén contentas con el nivel actual. Hay que tener en cuenta que prácticamente no cuenta el petróleo en nuestra relaciones comerciales, y eso es mucho. Si nuestros amigos en España llegan a la conclusión de que no existe ninguna sanción legítima contra Irán a fecha de hoy, habrá grandes oportunidades en nuestras relaciones económicas para ambas partes. <b>¿Pero eso no depende mucho más de la UE, incluso de Estados Unidos, que de España?</b> Creo que la mejor solución para superar esta situación es recurrir al realismo. Las sanciones unilaterales son ilegítimas. Y aunque comprendemos los compromisos europeos de España, contando con esas limitaciones, creemos que se puede trabajar mucho más en el ámbito bilateral. <b>El 20 de julio, la Unión Europea adoptó nuevas medidas contra Irán por su apoyo militar a Rusia en la guerra contra Ucrania. ¿Estas medidas ponen en peligro el Acuerdo Nuclear de 2015?</b> Hasta la fecha, la UE no ha impuesto ninguna sanción en el ámbito nuclear contra Irán. Eso no quiere decir que haya cumplido sus compromisos, simplemente no los ha llevado a cabo en la práctica. Dicho esto, la ventanilla para la cooperación económica está abierta totalmente. En realidad, las sanciones no nucleares tienen un alcance muy pequeño y no son económicas al 100%. <b>¿En qué punto nos encontramos entonces? ¿Europa puede estar dispuesta a volver a la negociación, pero sin Estados Unidos no hay posibilidad de volver a poner el acuerdo en marcha?</b> La pregunta habría que hacérsela a la parte occidental. En lo que a nosotros respecta, estamos y hemos estado siempre a favor de las negociaciones y de un acuerdo bien garantizado. Los contactos con el Sr. Borrell y su equipo continúan e incluso con los estadounidenses indirectamente, por supuesto. Pero la realidad es que Estados Unidos ha seguido secuestrando las relaciones exteriores de los países europeos con Irán. Si miramos las relaciones económicas en la época anterior a la revolución islámica, vemos que el 70% de nuestra relación comercial exterior era con Estados Unidos. Hay un documento en nuestro Archivo Nacional, anterior a la Revolución, que habla de la necesidad de extender un acuerdo entre Irán y la Comisión Europea de entonces, hace más de 50 años, que iba a caducar. Nuestro Ministerio de Exteriores preguntó al Ministerio de Comercio si estaba de acuerdo en renovarlo. Comercio respondió que "ya que tenemos una amplia relación con Estados Unidos, ¿por qué vamos a seguir comprometiéndonos con la CE?”. La revolución cambio toda esa relación a favor de la UE. Pero la lógica de Estados Unidos sobre las relaciones con Irán es muy simple: si Irán no tiene relaciones con EEUU, nadie se beneficiará de ellas, en clara referencia a la UE. Ahora, hasta qué punto la UE quiere implementar esa lógica estadounidense, es cosa suya. Nosotros estamos dispuestos a ayudar también, pero depende de la UE, en particular pensar sobre los intereses de la compañías europeas. <b>¿Apoya Irán a Rusia en su guerra contra Ucrania? ¿Les venden sus drones?</b> Esto forma parte de la campaña de propaganda estadounidense contra Irán. Pero se pueden ver las cosas con más precisión. Irán es un país independiente y cuando toma una decisión la anuncia oficialmente y actúa en consecuencia. Por ejemplo, si Irán decide bombardear con misiles una base militar estadounidense en su vecindario, lo lleva a cabo anunciándolo públicamente. Si Irán apoya a Venezuela o a Siria contra las intervenciones de Estados Unidos, lo hace pública y oficialmente. Son ejemplos de nuestros comportamientos en política exterior. Por lo tanto, si Irán hubiera querido apoyar a Rusia en Ucrania, lo habríamos anunciado oficialmente. Nuestra posición sobre la guerra en Ucrania es muy clara. Aunque consideramos que la expansión de la OTAN es la causa fundamental de la guerra, antes de que empezara hicimos todo lo posible para evitarla. Entonces anunciamos varias veces que la guerra no es la solución y subrayamos claramente nuestro respeto por la integridad territorial de Ucrania.<span class="Apple-converted-space"> </span>Siempre hemos expresado nuestra disposición a contribuir a poner fin a la guerra. La acusación de Estados Unidos es superficial, yo diría que incluso ridícula. Dijeron que los drones iraníes iban a cambiar el curso de la guerra. ¿Qué afirmación es esa? Con este argumento, intentan engañar a la gente para que ignore toda la historia de la tecnología militar soviética y rusa. ¿Quieren decir que los rusos no tienen esa capacidad? Por otra parte, esta afirmación de que los drones iraníes podrían cambiar la guerra significa que toda la defensa aérea occidental, por no decir toda la tecnología militar, ¡es ineficaz contra un puñado de simples drones! Estamos simplemente ante una máquina de propaganda. <b>¿Entonces no son sus drones los que están operando en Ucrania?</b> Desde el principio de esta acusación, expresamos oficial y públicamente, nuestra disposición a reunirnos y hablar directamente con los ucranianos y recibir las pruebas para su verificación. A pesar de la plena coordinación de una tercera parte amiga, primero cancelaron y se negaron a reunirse. En la segunda ocasión, nos reunimos con la parte ucraniana, que nos mostró algunas fotos borrosas, afirmando que eran drones. Pero eso es como si alguien te enseñara una foto borrosa de un móvil Samsung y te dijera '¡es tuyo! Samsung está en todas partes. Pero la realidad no es esa. Siempre hemos reconocido públicamente que mantenemos una buena relación con Rusia, también en el ámbito militar. Eso no es un secreto. Y es cierto que antes de la guerra le dimos algunas copias de nuestros drones. Pero Rusia prometió no utilizarlos en la guerra. Por eso, una y otra vez, hemos pedido a todos, incluida la parte ucraniana, que nos muestren cualquier prueba tangible que puedan tener para que vayamos a preguntar a los rusos por su promesa. Pero, hasta ahora, nadie ha ofrecido esas pruebas verificables. <b>¿Cómo avanza el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Arabia Saudí? ¿Alguna novedad</b> Debo decir con satisfacción que uno de los mejores trabajos que he realizado durante mis tres décadas de servicio diplomático es el papel directo que desempeñé en las negociaciones para restablecer las relaciones con Arabia Saudí. Me siento muy orgulloso de ello. El acuerdo avanza muy bien. Ambas embajadas se han reabierto y hemos intercambiado embajadores, que ya están haciendo su trabajo. Aunque ha pasado poco tiempo, incluso hemos intercambiado varias delegaciones entre ambos países. Hace dos días nuestro embajador en Riad entregó un mensaje de nuestro presidente dirigido al rey y al príncipe heredero sobre el fomento de la cooperación entre ambos países. <b>¿En que campo proponen esa cooperación?</b> No tenemos ninguna limitación para las relaciones con Arabia Saudí. Es un gran vecino nuestro. Vamos a ver avances muy notables en nuestras relaciones. Ya se está trabajando en la agenda de ambos países en visitas oficiales de ambos jefes de Estado. Y creemos que las relaciones económicas bilaterales también avanzarán muy rápidamente. <b>¿Cómo va a influir esta nueva realidad en Oriente Medio?</b> Irán y Arabia Saudí son dos grandes actores en la región. La experiencia a lo largo de este corto tiempo desde la restauración ha demostrado que el mero restablecimiento de nuestra relación diplomática ha mejorado el ambiente general en la región. Creemos que, cuando se dé la oportunidad de que los altos funcionarios de ambos países se reúnan en persona, esto tendrá efectos prácticos en otras cuestiones de la región, aunque el acuerdo de Pekín no tenga nada que ver con cuestiones regionales. Es un acuerdo bilateral pero, por supuesto, puede tener efectos en otros asuntos. Los países de una región siempre tienen intereses comunes. La paz y la estabilidad son el primer interés común. <b>¿Cree que una eventual victoria de Donald Trump o del Partido Conservador en las presidenciales de Estados Unidos empeoraría las cosas?</b> En los últimos 40 años hemos tenido experiencias con administraciones tanto republicanas como demócratas en Estados Unidos. Hemos pasado por Clinton, Bush, Obama, Trump y otros. Siempre hemos sido capaces de gestionar nuestros asuntos, mientras que las posiciones de Estados Unidos siempre han oscilado desde el infinito hacia un lado y hacia el otro. Un día se lamentaban de ser culpables del golpe de Estado de 1953 contra el gobierno democrático de Irán; otro día afirmaban que ¡nunca había ocurrido un golpe de Estado en Irán! Un día Obama escribió varias cartas a nuestro líder supremo para expresarle que quería una buena relación con Irán. Pero poco después de llegar al acuerdo nuclear, Trump apareció en televisión firmando el documento para retirarse del acuerdo nuclear multilateral aprobado por la ONU. El tiempo ha demostrado claramente que, a pesar de todas estas posiciones contradictorias de Estados Unidos, Irán ha sido capaz de gestionar sus asuntos, pero la credibilidad de Estados Unidos está evidentemente dañada. <b>El caso es que Trump podría volver.</b> Puede, aunque su política es una locura tanto dentro como fuera de EEUU. Pero no será decisivo para nosotros. En las peores condiciones llegaríamos a una situación en la que ambas partes saldrían perdiendo. No estaríamos contentos con eso, pero como ya he dicho, el tiempo ha demostrado que podemos manejarlo. <b>Casos como el de Maryam Arvin o el de Mahsa Amini, entre otros, no ayudan a promover la imagen de Irán en el exterior. ¿No hay otra forma de encarar las reivindicaciones sociales?</b> En primer lugar hay que separar la realidad de la propaganda. Oponerse a cualquier cosa sobre Irán se ha convertido en una industria de hacer dinero para algunos. Así que, si alguien quiere buscar la verdad, debe tener mucho cuidado de no dejarse atrapar por esa industria. En cuanto a la opinión occidental, y no me refiero sólo a la cuestión del hiyab, aceptamos que todo el mundo puede tener su opinión sobre cualquier cosa, pero el problema está en la aplicación del doble rasero. Se habla del hiyab en Irán, mientras que, en este mismo momento, Francia prohíbe a las alumnas llevar el hiyab en la escuela, privándolas de este derecho. Es el mismo país que ha estado a la cabeza de las acusaciones contra los países islámicos, especialmente Irán, en cuestiones de libertad de la mujer. ¿A qué se debe este trato? Según los valores europeos y occidentales, se supone que las personas son libres para elegir, entre otras cosas, su forma de vestir. Sin embargo, se aplica un doble rasero flagrante; en Irán la gente debe ser libre, pero en Francia, por ejemplo, ¡debe seguir las normas gubernamentales sobre la forma de vestir, sobre la libertad de expresión, etc.! Creemos que, ante este doble rasero, se intenta convertir los derechos humanos en instrumentos de presión política. Desde el 'Diálogo Crítico' hasta el 'Diálogo Global', hemos experimentado diferentes formas de diálogo con la UE sobre derechos humanos. Cuando se trata de los derechos humanos, tenemos nuestros propios argumentos y quejas. Así que, si la idea es llegar a un entendimiento común y constructivo, debe haber discusiones abiertas, honestas y realistas sobre derechos humanos, lejos de la política y de consideraciones políticas. Un ejemplo importante son las sanciones, que son exactamente lo contrario de los derechos humanos. No se pueden imponer embargos a toda una nación y, a continuación, enarbolar la bandera de los derechos humanos y afirmar que se defiende a las mismas personas a las que se han impuesto sanciones. Cientos de personas han muerto en Irán, incluidos niños que sufrían epidermólisis bullosa (enfermedad de la piel de mariposa), debido a la escasez de algunos medicamentos especiales fabricados en Europa a causa de las sanciones. Así que, ¿aquí importan o no los derechos humanos? Creo que si se analiza la cuestión lejos del enfoque propagandístico, el tratamiento que da Irán al asunto del hiyab está claramente manipulado. No quiero decir que no se pueda mejorar.<span class="Apple-converted-space"> </span>Siempre podemos cuestionar los procedimientos políticos. Pero el proceso social en todos los países sigue un patrón bien conocido en el que se plantean debates pero que finalmente concluye en el Parlamento, que es el que aprueba las leyes, nos gusten o no. Eso es la democracia. Tampoco todas las decisiones que toman los parlamentos en Europa son bien recibidas, pero esa es la realidad. Me gustaría volver sobre la misma cuestión por un tema desafortunado pero actual en Europa. Hay 2.000 millones de musulmanes en el mundo. Uno de los valores más importantes de estas personas está siendo profanado bajo la protección del gobierno sueco. Cuando esa persona quiere quemar un Corán en Suecia, no sólo le protege la policía, sino que justifica esta acción amparándose en la "libertad de expresión". Lo más que hemos visto es un 'tweet' del Sr. Borrell, en el que ni siquiera condena la profanación del Corán, mientras que diferentes elementos jurídicos internacionales, incluidas resoluciones de la ONU, condenan la propagación del odio e incluso este mismo acto. Imagínese el lío que se hubiera montado si se hubiera profanado un valor occidental en un país musulmán. Pregunto entonces: ¿no se puede gestionar mejor esta situación? A mi entender, la mejor solución es el diálogo; no basta ni es útil que las partes se limiten a condenar a una u otra. En la práctica, la parte europea dice implícitamente "estos son nuestros valores y los demás deben aceptarlos y seguirlos". Eso significa que los valores de los demás no importan, ¡independientemente de sus raíces en una gran civilización o religión! Como si los organismos de la ONU no hubieran reconocido en repetidas ocasiones la diversidad de culturas y valores. Lo que proponemos es que juristas, parlamentarios y académicos de ambas partes se sienten a hablar. Quizá podamos aprender unos de otros. Ignorar las cosas y refugiarse en condenar no va a tener ningún resultado.