The Diplomat
El ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel Albares, celebró ayer que «se ha hecho justicia» en el caso del asesinato del español Carmelo Soria en 1976 en Chile, después de que el Tribunal Supremo de este país haya condenado a varias personas por el mismo.
«Se ha hecho justicia ante un crimen que no podía quedar impune», resaltó el ministro, en un mensaje en su cuenta de X, celebrando que el Supremo chileno haya «condenado a penas de prisión a los autores del asesinato del funcionario internacional español Carmelo Soria».
El martes, la Corte Suprema chilena condenó a seis exagentes de la extinta Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), la Policía secreta de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), y dos exmilitares por el asesinato del español Carmelo Soria, funcionario de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y militante comunista, perpetrado tras ser secuestrado en Santiago de Chile el 14 de julio de 1976.
En concreto, dos altos cargos de la DINA, Pedro Espinoza Bravo y Raúl Eduardo Iturriaga Neumann, fueron condenados a 15 años y un día de prisión cada uno. Además, el militar Juan Morales fue condenado a diez años y un día de cárcel. Estos tres, condenados como autores del homicidio, se encuentran actualmente en prisión por la comisión de otras violaciones de Derechos Humanos.
Los otros condenados son el agente Guillermo Salinas Torres (15 años y un día de prisión como autor del homicidio y 541 días como autor de asociación ilícita), René Quilhot y Pablo Belmar (10 años y un día de prisión cada uno por homicidio y 541 días por asociación ilícita).
Además, Eugenio Covarruvias Valenzuela, ex general del Ejército chileno, ha sido sentenciado a cuatro años de cárcel por declaración falsa bajo juramento, y Sergio Cea Cienfuegos, exfiscal militar, a 600 días de prisión como autor de falsificación de instrumento público.
La sentencia indica que la DINA «operó sistemática y clandestinamente en contra de múltiples opositores políticos del Gobierno militar y de sus colaboradores, entre los que consideraron a Carmelo Soria», quien trabajaba para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y fue secuestrado, torturado durante 48 horas y finalmente asesinado.