Alberto Rubio
En agosto de 1943, hace justamente ochenta años, el Gobierno del General Franco recuperó el histórico Ministerio de Jornada, una “antigua costumbre interrumpida por la Guerra Civil y la inseguridad de la Guerra Mundial”, según describe el entonces embajador de Estados Unidos, Carlton J. H. Hayes en su libro “Misión de Guerra en España”.
El origen del Ministerio de Jornada se remonta a la regencia de la Reina María Cristina (1885-1902), que adoptó la tradición de pasar el verano en San Sebastián, debido a que su clima era mucho mas fresco que el de Madrid.
Según la Constitución vigente entonces, el rey no podía ejercer sus funciones legislativas sin la presencia de un ministro, que debía firmar los decretos y leyes que después confirmaba la reina. Por tanto, el “ministro de Jornada”, normalmente el de Asuntos Exteriores, se trasladaba a la capital donostiarra con la mayor parte de sus funcionarios.
Con el estallido de la Guerra Civil, y posteriormente de la II Guerra Mundial, el Gobierno español abandonó la costumbre. En 1943, cuando el régimen de Franco daba muestras de cierta colaboración con los aliados, el Ministerio de Asuntos Exteriores, encabezado por el Conde de Jordana, regresó al palacete de Villa Arenas, y con él la práctica totalidad del Cuerpo Diplomático acreditado en España, que tenía que alojarse en los hoteles de la ciudad al carecer muchos de instalaciones propias.
El motivo principal del regreso del Ministerio de Jornada a San Sebastián, aunque Franco siempre pasó los veranos en La Coruña, era que se quería “mostrar al mundo que España volvía a la normalidad y que se sentía segura de su frontera pirenaica”, según asegura el entonces embajador de EEUU, Carlton J. H. Hayes. Y eso a pesar de que las tropas del III Reich seguían controlando el sur de Francia y no se descartaba una posible invasión de la península.
El Ministerio de Jornada siguió acudiendo a San Sebastián todos los años hasta 1976, cuando el entonces ministro de Exteriores, Marcelino Oreja, tomó la decisión de suprimirlo definitivamente.