<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <strong>El Gobierno de Gibraltar, que temía que la llegada de Alberto Núñez Feijóo a La Moncloa complicara un posible acuerdo sobre el futuro del Peñón tras el Brexit, no oculta su alivio por los resultados de las elecciones celebradas en España.</strong> Los medios de comunicación gibraltareños se han hecho amplio eco de los resultados y, <strong>tanto el ministro principal, el laborista Fabian Picardo, como el líder de la oposición, el conservador Keith Azopardi, ven con satisfacción la posibilidad de que Pedro Sánchez pueda seguir gobernando,</strong> porque creen que eso hará más fácil que España acepte un hipotético acuerdo entre la Comisión Europea y el Reino Unido. <strong>Las negociaciones entre Bruselas y Londres</strong> quedaron paralizadas desde el mismo momento en que Sánchez anunció la convocatoria de las elecciones generales y<strong> todo apunta a que no se reanudarán hasta que se resuelva la incertidumbre que vive España.</strong> <strong>Sánchez y el primer ministro británico, Rishi Sunak,</strong> afirmaron hace un par de meses que pronto se podría alcanzar un entendimiento, pero obviamente el adelanto electoral en España, acabó con cualquier previsión. Si a la inestabilidad creada en nuestro país por los resultados electorales, se une que este otoño hay convocadas elecciones en Gibraltar, todo hace pensar que no habrá muchos avances antes de 2024. Mientras, Bruselas sigue mirando hacia otro lado, ante la situación que se vive en Gibraltar en lo que se refiere a la aplicación de los controles de acceso al espacio Schengen. Como señal de buena voluntad, mientras durasen las negociaciones, después de que, en febrero de 2020, se consumara el Brexit y el Reino Unido quedara fuera de la Unión Europea, España mantiene suspendidas algunas obligaciones en la Verja, como es la exigencia de pasaporte a los ciudadanos gibraltareños. Se hizo, con la confianza de que se trataría de unos meses, pero las sucesivas prórrogas han superado ya los tres años, un tiempo en el que, diariamente, los gibraltareños entran en territorio europeo sin ningún tipo de control, algo que no pueden hacer otros ciudadanos que no son miembros de países del espacio Schengen.