<h6><strong>Ángel Collado</strong></h6> <h4><strong>Una victoria más corta de lo esperado del Partido Popular, sin mayoría absoluta incluso con el apoyo de la extrema derecha de Vox, y un imprevisto aguante del PSOE con retroceso de la extrema izquierda de Sumar abren un nuevo periodo de inestabilidad en la política española.</strong></h4> <strong>Alberto Núñez Feijóo ganó, o mejor quedó primero, en las elecciones generales de este domingo, pero el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, tiene margen para reeditar su coalición de gobierno</strong> con los populistas apoyado por los partidos independentistas catalanes y vascos que ya le auparon al poder en la moción de censura de 2018. Entre la oferta de cambio que encabezaba el PP y el llamamiento a la continuidad del sanchismo, los ciudadanos no han acabado de decantarse con claridad. <strong>Feijóo, con 136 diputados en un Congreso con 350 miembros, no alcanzó el número de escaños y la ventaja sobre el PSOE a que aspiraba para hacer efectivo el relevo en el Gobierno.</strong> Ni siquiera con los 33 logrados por Vox alcanza la mayoría absoluta fijada en 176. Los populares suben casi 50 escaños y doce puntos en porcentaje de voto con respecto a los comicios de 2019. <strong>El problema para Feijóo es que son apenas unas décimas y 14 diputados por encima del resultado del PSOE</strong>. Sin desgaste alguno en las urnas, Sánchez logró que los socialistas aguantaran en casi toda España y subieran especialmente en las provincias catalanas hasta sumar dos diputados más. Al presidente del Gobierno le complica la reelección el retroceso de sus aliados de extrema izquierda, antes Podemos con Pablo Iglesias y ahora Sumar con Yolanda Díaz, que pierden 7 escaños en el bloque de la coalición. Sus otros socios fijos, los separatistas catalanes de ERC también retroceden en la misma cuantía de representantes. Sólo los herederos del brazo político de ETA, Bildu, avanzan con otro diputado. <strong>El retroceso del bloque de izquierdas, de ámbito nacional y regional, obliga a Sánchez a contar para su reelección con todos los demás grupos separatistas, también el del fugado de la Justicia y expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont</strong>. Sus 7 diputados en el Congreso serán fundamentales para la continuidad del jefe del Ejecutivo. <strong>El casi empate entre los dos bloques de partidos de derecha e izquierda que dictaminaron las urnas amenaza con un largo periodo de incertidumbre política y una investidura muy complicada.</strong> Los partidos separatistas subirán el precio de su apoyo a Sánchez a costa de la unidad nacional, con consultas para la secesión de Cataluña y el País Vasco. En la anterior legislatura Bildu ya se apuntó el acercamiento a sus lugares de origen de los terroristas presos, mientras que ERC se cobró los indultos a sus jefes encarcelados por la intentona secesionista del 17 de octubre de 2017. También la supresión del delito de sedición y la rebaja del de malversación en el código penal a la medida de los intereses de los independentistas. <strong>Sánchez, pese a quedar segundo en los comicios, dio por hecho anoche la continuidad de su Ejecutivo de izquierdas</strong> sin entrar en las negociaciones y el precio que pondrán los separatistas. Feijóo, como presidente del partido más votado, se proclamó vencedor de las elecciones y dejó claro que está dispuesto a optar a la presidencia del Gobierno. Para ello anunció conversaciones con las demás fuerzas políticas y exigió que se respete el principio no escrito en la democracia española que otorga al candidato más votado la presidencia del Gobierno al margen de si obtiene o no la mayoría absoluta. Siempre ha sido así, recordó el presidente del PP, desde 1977. Adolfo Suárez, Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez llegaron al cargo después de ser los primeros en las elecciones correspondientes. <strong>Feijóo sólo puede aspirar a conseguir en su posible investidura el voto a su favor de Vox. Los grupos nacionalistas, aunque sean de derechas como el PNV, descartan esta vez el respaldo al PP si ello conlleva la alianza con los de Abascal.</strong> La ventaja con que cuenta Sánchez es que tiene acreditada su capacidad de pacto con todas las fuerzas políticas. Ya lo hizo en la moción de censura contra Mariano Rajoy en junio de 2018, cuando sumó en su favor a toda la izquierda, independentistas, nacionalistas y regionalistas para hacerse con la presidencia del Gobierno sobre la base de los 89 diputados que entonces tenía el PSOE. Ahora cuenta con 122 para reeditar la operación.