The Diplomat
La ministra de Defensa, Margarita Robles, afirmó ayer que España «no comparte» y se posiciona «en contra» de la decisión de Estados Unidos de enviar bombas de racimo a las Fuerzas Armadas ucranianas.
«España, desde el compromiso firme que tiene con Ucrania, tiene también un compromiso firme en que determinadas armas y bombas no se pueden entregar en ningún caso», señaló Robles en declaraciones a los medios de comunicación en un acto del PSOE en Madrid.
Al ser preguntada por la decisión del presidente estadounidense, Joe Biden, de que el nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania incluya miles de municiones de racimo, pese a los avisos de Naciones Unidas y contraviniendo una convención internacional que prohíbe el uso de este tipo de armamento, la titular de Defensa contestó que España tiene una posición «clara y rotunda» en contra de esta acción.
En este sentido, Robles, quien puntualizó que el envío de estas bombas es decisión de Estados Unidos y no de la OTAN, insistió en el apoyo «total y absoluto» del Gobierno de España a Ucrania, pero dijo que en la «legítima defensa no se utiliza unas bombas como son las bombas de racimo».
«No a las bombas de racimo y sí a la legitima de la legítima defensa a Ucrania que entendemos que no se realiza con las bombas de racimo», sentenció.
El embajador de Rusia en Estados Unidos, Anatoli Antonov, afirmó ayer que la decisión de enviar bombas racimo a Ucrania es otra provocación estadounidense que «acerca a la humanidad a una nueva guerra mundial».
El uso de las bombas de racimo está prohibido por más de cien países, pero no por Ucrania, ni Rusia, ni Estados Unidos.
Las bombas de racimo, que han sido utilizadas en numerosos conflictos desde la Segunda Guerra Mundial, explotan en el aire sobre un objetivo, liberando decenas de explosivos más pequeños en un área amplia, muchos de los cuales no acaban por estallar, lo que crea un problema de seguridad para la población civil a largo plazo.