Comisariada por Guillermo Solana, en la exposición Lo oculto en las colecciones Thyssen-Bornemisza que se presenta en la Sala de exposiciones temporales (planta baja) del Museo homónimo hasta el próximo 24 de septiembre, se reúnen cincuenta y nueve obras de arte de las colecciones Thyssen-Bornemisza (incluyendo tanto la colección permanente del museo como las colecciones privadas de varios miembros de la familia Thyssen-Bornemisza) en las que se han detectado rastros de lo oculto que pueden documentarse.
La tradición esotérica ofrece una serie de códigos para descifrar sentidos escondidos. Su valor consiste en revelar al espectador detalles y aspectos de las obras de arte que han pasado inadvertidos y proponerle nuevas lecturas heterodoxas.
Alquimia, astrología, demonología, espiritismo, teosofía, chamanismo… las ciencias ocultas, excluidas o perseguidas durante siglos, encontraron en las artes visuales el terreno ideal para transmitir sus mensajes cifrados.
Los saberes ocultos han sobrevivido durante siglos en un entorno cultural hostil -dominado primero por la religión hegemónica y más tarde por el racionalismo y el positivismo- gracias a su capacidad de camuflaje e infiltración. Y es en las artes visuales donde las ideas y creencias esotéricas han encontrado el terreno ideal para sus mensajes cifrados: desde las alegorías herméticas del Renacimiento hasta las manifestaciones del arte de vanguardia del siglo XX.