<h6><strong>Ángel Collado</strong></h6> <h4><strong>A cuatro semanas de las elecciones generales, Pedro Sánchez ha vuelto a encontrar en Vox motivo de esperanza para seguir en el poder. El partido de extrema derecha ha disparado sus exigencias en las negociaciones con el PP en todas las autonomías donde es necesario para completar mayorías de los populares sin que Alberto Núñez Feijóo acierte a dar una respuesta coherente y de conjunto al problema.</strong></h4> La formación que preside Santiago Abascal pide cargos clave en todos los ejecutivos regionales. Sus demandas son admitidas rápidamente en lugares como la Comunidad Valenciana y rechazadas de plano en Extremadura al mismo tiempo, y con el riesgo incluido de que se tengan que repetir los comicios en esa comunidad. Sobre el desconcierto del electorado del centro derecha se levantan ahora las expectativas del frente de izquierdas en el Gobierno central que pasa por el examen de las urnas el próximo 23 de julio. <strong>Sánchez sabía que después de la derrota del PSOE</strong>, y suya personal, en las elecciones de mayo <strong>el problema que tendría el PP vencedor,</strong> y Feijóo como su presidente, <strong>era gestionar la relación con Vox.</strong> De momento, <strong>las peleas de la derecha en la última semana le han servido para frenar su propio desgaste</strong> y alejar la atención de sus compromisos con los partidos populistas e independentistas, en especial con Bildu, organización heredera del brazo político de la banda terrorista ETA. El balón de oxígeno de las enrevesadas negociaciones de los populares con los de Abascal ha permitido que los sanchistas vuelvan a <strong>las cábalas sobre sus posibilidades de repetir la fórmula de Gobierno “Frankenstein”</strong> después de las próximas elecciones. El cálculo consiste en que <strong>si el PSOE se queda en el Congreso por encima de los 100 escaños</strong> (tenía 120), como ya apuntan algunas encuestas, <strong>y Sumar, como marca sucesora de Podemos, supera los 30 y ronda los 35</strong> de Pablo Iglesias en 2019, <strong>todavía pueden impedir la investidura de Feijóo</strong> como jefe del Ejecutivo. <strong>Los partidos separatistas catalanes, vascos y gallegos tendrían que aportar otra treintena de diputados</strong> para impedir una mayoría automática de la derecha. De todas formas, en caso de empate técnico entre ambos bloques, en la futura Cámara baja quedaría por ver las exigencias de cargos de Abascal al PP y si Feijóo está dispuesto a admitirlas. Como repite la presidenta de la Comunidad de Madrid, <strong>Isabel Díaz Ayuso</strong>, V<strong>ox vuelve a ser “el gran colchón de Pedro Sánchez”</strong> porque siempre está en el momento oportuno para amortiguar las caídas del presidente del Gobierno. Así ocurrió al principio de la legislatura cuando los diputados de Abascal se abstuvieron en el decreto correspondiente para que Sánchez manejara desde su gabinete, sin control previo e independiente alguno, los fondos europeos para paliar las consecuencias económicas de la pandemia. Luego llegaron las dos mociones de censura presentadas por Vox que sirvieron para mayor lucimiento parlamentario de Sánchez, además de para dejar constancia del cierre de filas en su coalición de izquierdas. En la primera Abascal quiso disputar el puesto de jefe de la oposición al entonces presidente del PP, Pablo Casado. En la segunda, con Feijóo ausente en el debate por no ser diputado, el pleno fue otra sesión de autobombo aprovechada por Sánchez con el presunto aspirante al cargo presentado por Abascal, Ramón Tamames, como nota de color. <strong>La desavenencia más famosa ahora entre el PP y Vox se registra en Extremadura</strong>, donde la candidata de los populares a presidir la Junta autonómica, María Guardiola, no quiere gobierno de coalición con la extrema derecha. Con el 38,9 por ciento de los votos y 28 diputados autonómicos, le faltan 5 para la mayoría absoluta, que son los 5 que tiene Vox. Los de Abascal, que no pasaron del 8 por ciento de los votos en las elecciones exigen a cambio dos consejerías en un gabinete ahora compuesto por ocho miembros: las de Agricultura más Cultura y Turismo, las actividades clave en la región. El “no” de Guardiola a las exigencias de Vox que ralentiza la campaña del PP y que, por lo tanto, alivia la de Sánchez es sólo un anticipo de lo que puede ocurrir a partir del 23 de julio en unas posibles negociaciones entre Feijóo y Abascal en caso de que sumen mayoría absoluta.