<h6><strong>Ángel Collado</strong></h6> <h4><strong>Por encima de los pronósticos de cualquier encuesta, el mapa real del reparto del poder político autonómico y local, con hegemonía casi absoluta del Partido Popular, confirma el cambio de ciclo político en España ante las elecciones generales del próximo 23 de julio. Los comicios municipales de las elecciones de mayo dejan los colores del PP en 30 de las 50 capitales de provincia frente a 10 del PSOE.</strong></h4> El partido que preside Alberto Núñez Feijóo g<strong>obierna 7 de las 8 ciudades más pobladas del país (Madrid, Valencia, Sevilla, Málaga, Zaragoza, Murcia y Palma de Mallorca)</strong> y parecido es el dato de<strong> las regiones con más habitantes: 5 de las 6 Comunidades autónomas que más diputados aportan al Congreso</strong> que saldrá elegido en las urnas el mes que viene también tienen ejecutivos del PP: Andalucía, Madrid, la Comunidad Valenciana, Castilla y Léon y Galicia. El <strong>derrumbe del Partido Socialista</strong> en el poder regional y municipal queda retratado en la <strong>pérdida de más de la mitad de los ayuntamientos de capitales de provincia</strong> que tenían bajo su control hasta el 23-M y que pasan ahora a manos de alcaldes del PP. Además, en las próximas semanas, según se vayan constituyendo los parlamentos autonómicos y se formen los gobiernos regionales, quedará constancia institucional del fracaso del PSOE en las urnas. <strong>El PSOE sólo opta a mantenerse en Castilla-La Mancha por la mayoría absoluta del crítico Emiliano García-Page, en Asturias con el apoyo de la extrema izquierda y en Navarra con el permiso de Bildu, el partido heredero del brazo político de los terroristas de ETA.</strong> <strong>Los socialistas</strong>, con Pedro Sánchez al frente, <strong>llegan a la próxima cita electoral con menos poder autonómico que nunca.</strong> Apenas son hegemónicos en tres de las 17 comunidades del Estado autonómico, y de las menos pobladas. En conjunto, no aportan al Congreso ni el 10 por ciento de los 350 diputados que lo componen. <strong>Cataluña es la excepción</strong> en el desastroso panorama local general del socialismo <strong>al haberse hecho con la alcaldía el ayuntamiento de la capital, Barcelona, segunda ciudad de España</strong>. Pero el trasfondo electoral tampoco acaba de ser positivo para los intereses de Sánchez. El nuevo alcalde, Jaume Collboni, quedó segundo en número de votos y concejales (sólo 10 de 41 que tiene el consistorio) y <strong>ha tenido que recurrir al apoyo del PP</strong> para hacerse con el puesto. El éxito de los socialistas se basó en que los ediles populares prefirieron votar a Collboni con tal de evitar que un dirigente separatista fuera alcalde de Barcelona. En el otro lado del espectro político,<strong> Feijoó se presenta a las elecciones generales con el respaldo de la mejor plataforma de poder regional y municipal con que ha concurrido nunca el Partido Popular.</strong> Al control de la mayoría de los gobiernos autonómicos, de las capitales de provincia y de las ciudades con más población, suma el dato de la concentración del voto del centro derecha en toda España. De hecho, y pese a la campaña gubernamental para destacar la dependencia de la extrema derecha que representa VOX, los candidatos del PP <strong>han llegado a casi todas las alcaldías importantes (25 de 30) sin pactar con la formación que preside Santiago Abascal.</strong> Los feudos electorales del Partido Popular han salido consolidados o ampliados en el poder municipal en los comicios de mayo sobre la base de sus mayorías autónomas (sin contar con Vox) en Andalucía, Madrid, Galicia y Murcia. Y los pactos con Vox suscritos ya en la Comunidad Valenciana, o en ciernes como en Baleares, completan un mapa de España de abrumadora preponderancia de la derecha ante un PSOE arrinconado con Sánchez y una extrema izquierda en recomposición con Yolanda Díaz al frente. <strong>La izquierda populista que mantenía las alcaldías de ciudades tan importantes como Barcelona, Valencia o Cádiz se ha diluido en la oposición</strong> en los respectivos ayuntamientos para añadir incertidumbre al intento de Díaz de mantener la herencia de Pablo Iglesias en el Congreso, los 35 diputados que fueron fundamentales para hacer presidente a Pedro Sánchez en 2019. <strong>Los pactos municipales del sábado y los autonómicos de las próximas semanas certifican la severa derrota de la coalición sanchista del mes de mayo cómo prólogo de otro fracaso</strong> en las elecciones de julio que sólo el presidente del Gobierno y los resultados de su CIS se niegan a ver.