<h6><strong>Ángel Collado</strong></h6> <h4><strong>La derrota sin paliativos del PSOE frente al PP en las elecciones autonómicas y municipales, en número de votos y en gobiernos regionales, coloca a Pedro Sánchez en su posición más débil dentro de su partido y en la presidencia del Gobierno a siete meses de los comicios generales. </strong></h4> <h4></h4> El jefe del Ejecutivo aceptó el reto del jefe de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, de convertir el 28M en un primer pulso entre ambos y se encuentra con un <strong>vuelco electoral hacia la derecha que relega a los socialistas a un rincón del poder autonómico</strong>, sin más aspiración que gobernar en coalición en cuatro de los 17 gobiernos regionales. <span style="font-weight: 400;"><strong>El PSOE fracasa en todos los objetivos que se había fijado para la cita con las urnas</strong>. No se han librado de pagar el desgaste de Sánchez y las hipotecas con sus socios populistas e independentistas y van a perder la mayoría de los ejecutivos regionales en juego, tanto los que consideraban sus feudos como los compartidos con el resto de los partidos de izquierda.</span> <span style="font-weight: 400;">El PP, además de mantener <strong>Madrid (comunidad y ayuntamiento de la capital, ahora con mayoría absoluta)</strong> y <strong>Murcia</strong>, ahora se hace con la comunidad autónoma más importante que le quedaba al PSOE: la Comunidad Valenciana. También suman los populares por mayoría absoluta <strong>La Rioja</strong> mientras que por la vía de negociar con Vox tienen al alcance de la mano los gobiernos de <strong>Baleares y Extremadura</strong>, otro antiguo feudo de los socialistas.</span> <span style="font-weight: 400;">La única comunidad autónoma que <strong>sigue en manos del PSOE por mayoría absoluta resulta ser Castilla-La Mancha</strong>, territorio de Emiliano García-Page. Es el barón díscolo del partido de Sánchez que seguirá en el poder gracias a la campaña específica que hizo de desmarque del presidente del Gobierno y sus alianzas con la extrema izquierda, sobre todo de Bildu, los herederos políticos de ETA. </span> <span style="font-weight: 400;">En el caso de las elecciones municipales, celebradas en toda España, <strong>los socialistas pierden frente a los candidatos populares por casi tres puntos</strong> en el cómputo general de voto, cuando hace cuatro años la diferencia fue a la inversa.</span> <span style="font-weight: 400;">En el ámbito local <strong>el PSOE se conformaba con mantener sus posiciones, en especial la capital de Andalucía, Sevilla, y en ganar en Barcelona</strong>, pero el desastre general del PSOE da al PP la hegemonía casi absoluta en la región con 7 de las 8 capitales de provincia de la región incluida Sevilla. Y en la capital catalana el PSC no pasa del segundo puesto.</span> <span style="font-weight: 400;">El cambio de ciclo electoral con consecuencias directas en la política nacional es especialmente evidente en Andalucía, primero y más antiguo feudo electoral del PSOE. <strong>La región más poblada de España, la que más parlamentarios aporta al Congreso de los Diputados, es el mayor vivero de votos de los populares</strong> que controlan ya la Junta autonómica y a partir de ahora casi todos los principales ayuntamientos además de las diputaciones.</span> <span style="font-weight: 400;">Otro problema para la estabilidad del Ejecutivo de coalición de Sánchez es el doble fracaso en las urnas de sus socios populistas de izquierdas. El partido que los aglutinaba hace cuatro años, <strong>el Podemos original fundado y todavía controlado por Pablo Iglesias, desaparece de la mayoría de los parlamentos regionales.</strong> Es especialmente significativo ese retroceso con visos de fase terminal en el caso de Madrid, primera circunscripción provincial de España.</span> <span style="font-weight: 400;">El otro sector de los populistas, <strong>el espacio de la extrema izquierda que encabeza la vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz con el aval de Sánchez bajo la marca de Sumar, también sale mal parado del 28M.</strong> Los partidos locales que desde Madrid, la Comunidad Valenciana y Barcelona apuestan por Sumar y competían en los comicios también pierden cuotas de poder o ceden posiciones en las instituciones correspondientes.</span> <span style="font-weight: 400;"><strong>El 28M coloca en la mejor situación posible a Alberto Núñez Feijóo para optar a ganar las elecciones generales de fin de año</strong>. Poco más de un año después de llegar a la presidencia del PP y sin escaño en el Congreso, el jefe de la oposición se apunta el tanto de haber dado una dimensión nacional a los comicios regionales y locales en su propio provecho.</span> <span style="font-weight: 400;"><strong>La dependencia de los futuros pactos autonómicos con Vox se convertirá ahora en el principal problema</strong> con el que tendrá que lidiar Feijóo en su carrera hacia la presidencia del Gobierno y la veta que intentará aprovechar Sánchez al vincularle con la extrema derecha.</span>