<h6><strong>Luis Ayllón</strong></h6> <h4><strong>El Gobierno español se esforzó ayer por rebajar la tensión diplomática con Brasil, tras los insultos racistas al jugador del Real Madrid Vinícius Junior, y por evitar el daño a la imagen internacional, subrayando que en España los delitos de racismo no quedan impunes.</strong></h4> La encargada de transmitir esos mensajes fue<strong> la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez</strong>, quien, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, respondió a las preguntas de los periodistas sobre la irritación causada, en el Gobierno y en la sociedad brasileña, por los incidentes del pasado domingo en el estado valenciano de Mestalla. Rodríguez dijo “a todos nuestros compatriotas y al ámbito internacional” que <strong>“en España este tipo de comportamientos no quedan impunes</strong> y por tanto todos los órganos judiciales y policiales trabajan para perseguirlos siempre”. La portavoz<strong> no consideró que sea preciso adoptar modificaciones legislativas, pues recordó que España cuenta con una ley contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte que data del año 2007.</strong> Además, precisó que hay que distinguir las acciones que se enmarcan dentro del régimen interno del deporte e incluso dentro de la propia Liga, de aquellas que tienen que ver con la legislación común y que “se aplican independientemente de que estos hechos se produzcan en un campo de fútbol, en un supermercado o en una fábrica”. “Estos hechos en España se persiguen y se castigan”, insistió. Isabel Rodríguez condenó los insultos racistas a Vinícius y dijo que<strong> España es “antirracista” y cuenta con “plena seguridad jurídica</strong>, tanto en las actuaciones policiales como en las actuaciones judiciales”. Así, puso de relieve que<strong> las Fuerzas de Seguridad del Estado ya “están identificando y deteniendo a las personas implicadas”</strong>, en referencia a las tres personas arrestadas por su posible implicación en los sucesos de Valencia y las otras cuatro detenidas por su presunta relación con la colocación de unos muñecos ahorcados con la camiseta de Vinícius horas antes de un partido entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid. La postura oficial expresada por Rodríguez tiene algunos<strong> matices con respecto a la mantenida desde el sector de Unidas Podemos</strong> del Ejecutivo, en el que la titular del departamento de Asuntos Sociales, Ione Belarra, dijo que el Gobierno acelerará los trabajos para tener cuanto antes una ley contra el racismo. En cualquier caso, son<strong> las ministras de Unidas Podemos las que están teniendo una interlocución mucho más cercana con las autoridades brasileñas</strong>, hasta el punto de que el <strong>Ministerio de igualdad español y el Ministerio de Igualdad Racial de Brasil, difundieron ayer un comunicado conjunto</strong> sobre los insultos racistas. En el texto, en el que se señala que "el racismo es estructural en nuestras sociedades", se exige que esos insultos "no queden impunes" y, tras mostrar su solidaridad con Vinícius, reclaman que todas las instituciones competentes respondan "con la máxima diligencia para tomar medidas" ante este caso y todos los que acontecen en el ámbito deportivo. Esa conexión con el sector podemita del Gobierno español se ve también tanto en la <strong>conversación</strong> telefónica mantenida el pasado domingo por la <strong>ministra de Igualdad Racial, Anielle Franco, con la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz,</strong> y en la petición de una reunión con la ministra de Igualdad, Irene Montero, hecha por <strong>el embajador brasileño en Madrid, Orlando Leite.</strong> Según dio a conocer la Embajada de Brasil en Madrid, el embajador, Orlando Leite ha solicitado sendas reuniones con Montero, además de con la Fiscalía, la cúpula de LaLiga, la Federación Española de Fútbol y el Real Madrid, y al parecer <strong>ya tiene concertados encuentros con la ministra, con La Liga y con la Federación.</strong> La Embajada, que agradeció la actuación de la Policía, tras las detenciones de presuntos implicados en los insultos a Vinicius, no ha pedido, sin embargo, <strong>ninguna reunión con el Ministerio de Asuntos Exteriores</strong>, según fuentes de este departamento consultadas por <em>The Diplomat.</em> La relación, a nivel de diplomacia se había limitado hasta ayer a una llamada telefónica hecha desde Itamaraty, la sede del Ministerio brasileño de Exteriores, a la embajadora de España en Brasilia, Mar Fernández-Palacios, para expresar el descontento del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva. Fuentes de la representación diplomática brasileña justificaron a <em>The Diplomat</em> que los contactos se mantengan <strong>más con Igualdad que con Exteriores, en que se trata de un asunto relacionado con actitudes racistas y no tanto políticas.</strong> Además, habría un <strong>deseo de evitar una escalada</strong> que llevara a un conflicto diplomático, algo en lo que se coincide con el Gobierno español. <strong>Desde Moncloa se trata de rebajar la tensión</strong> y fuentes gubernamentales dijeron ayer que no puede considerarse que los reproches del Gobierno brasileño constituyan “un conflicto diplomático”. Y en Valencia, donde participaba en un encuentro con sus homólogos de Polonia y Rumanía, <strong>el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, aseguró que “estamos muy lejos de una situación conflictiva desde el punto de vista diplomático”</strong> y que la llamada telefónica a la Embajadora española se produjo en un tono “diplomático y cordial”. Aunque no se expresa formalmente, en el Gobierno de Pedro Sánchez sí <strong>hay preocupación por las repercusiones que el incidente de Valencia pueda tener para la imagen de España</strong> y se insiste en subrayar que el nuestro no es un país racista, sino que, por el contrario, tiene una actitud tolerante y antirracista, más allá de los casos puntuales registrados, como sucede en otros países.