<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>Las declaraciones de la vicepresidenta del Gobierno e impulsora del proyecto Sumar, Yolanda Díaz, en las que se refirió a Marruecos como “una dictadura” fueron rechazadas ayer por la portavoz del PSOE y ministra de Educación, Pilar Alegría, lo que pone una vez más de relieve más las diferencias existentes en el seno del Gobierno sobre la cuestión saharaui.</strong></h4> Alegría aseguró que la de Yolanda Díaz sobre ese asunto <strong>es “una posición personal”, pero no la posición del PSOE ni del Ejecutivo.</strong> En la misma línea, desde Estrasburgo, <strong>el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albare</strong>s, señaló también que las manifestaciones de la vicepresidenta son<strong> "opiniones a título individual"</strong> y que la posición de España está fijada en las declaraciones a alto nivel con Rabat. Alegría y Albares desautorizaban así a <strong>su compañera en el gabinete</strong>, que forma parte de la cuota de Unidas Podemos, y que en una entrevista emitida el domingo pasado en <em>La Sexta</em>, <strong>se desmarcaba claramente del giro dado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez,</strong> con respecto al contencioso del Sáhara Occidental. Preguntada por el entrevistador, Jordi Évole, sobre si revertiría ese <strong>giro de 180 grados dado por Sánchez, al apoyar que el territorio saharaui sea una provincia autónom</strong>a dentro de Marruecos, en lugar de defender el derecho de su población a determinar su futuro a través de una solución negociada como había mantenido tradicionalmente, la respuesta de Díaz fue: "Sin lugar a dudas. Yo tengo mi posición clarísima”. La vicepresidenta agregó que "claro que hay que tomar con seriedad al vecino" y que ella misma es la encargada de firmar contratos de trabajo bilaterales, como el que ha hecho fijas recientemente a las 16.000 trabajadoras campaña de la fresa en Huelva. Y subrayó: "Trabajo con Marruecos todos los días, es nuestra frontera sur. Ahora, Marruecos es lo que es". <strong>Y cuando el periodista le preguntó "¿qué es lo que es?", respondió con rotundidad: "Una dictadura".</strong> <strong>En el entorno del jefe del Ejecutivo y del PSOE, las palabras de la vicepresidenta no han sentado nada bien</strong> y la encargada de ponerlo de relieve fue Pilar Alegría, quien afirmó que las relaciones con Rabat “han quedado muy claras en esa hoja de ruta de la declaración hispano-marroquí del 7 de abril del año pasado y más recientemente con la celebración de la Reunión de Alto Nivel, que abarca temas muy importantes para los dos países". Fuentes socialistas insisten en que las relaciones con Marruecos son complejas y creen que no hay que ponerlas en riesgo, entre otras razones porque de que haya una buena sintonía dependen asuntos de relieve como el control de la inmigración ilegal o los intercambios económicos. En cualquier caso, <strong>la posición de Yolanda Díaz, que saca a la luz una vez más las diferencias entre las dos almas del Gobierno de coalición de Pedro Sánchez,</strong> no ha causado sorpresa, porque ya quedó de manifiesto cuando e<strong>n la cumbre hispano-marroquí de comienzos de febrero, ningún miembro del Ejecutivo de Unidas Podemos, formó parte de la delegación española.</strong> Aunque desde Moncloa se trató de justificar que los ministros de Unidas Podemos no estuvieran presentes, aduciendo que los principales temas a tratar, como la inmigración, la seguridad o la presencia de España en el Norte de África, eran asuntos que llevan ministros del PSOE, lo cierto es que Yolanda Díaz se ocupó de explicar que su ausencia era una "decisión política". Unidas Podemos es partidaria de un referéndum en el Sáhara, algo que no figura en el objetivo principal del PSOE, después de que Sánchez abandonará la neutralidad de 40 años y calificara como “la más seria, creíble y razonable” la propuesta de Marruecos, que ofrece una autonomía para el territorio, pero no su independencia.