<h6><strong>Ángel Collado</strong></h6> <h4><strong>El apoyo de Pedro Sánchez a la operación de su vicepresidenta Yolanda Díaz para agrupar a la extrema izquierda con una nueva marca, Sumar, al margen o por encima de Podemos tiene descolocado al PSOE en media España. </strong></h4> A menos de dos meses de las elecciones municipales y autonómicas el secretario general de los socialistas <strong>promociona</strong> desde el Congreso, el Ejecutivo y los medios gubernamentales<strong> un proyecto político basado en partidos de ámbito regional y dirigentes populistas</strong> que compiten directamente con el PSOE por el voto de izquierdas. Mientras, al otro lado del mapa político el espacio del centro derecha se simplifica en sentido contrario: <strong>el Partido Popular absorbe los restos de Ciudadanos.</strong> Si todos los sondeos coinciden en pronosticar el trasvase masivo de votantes de la formación fundada por Albert Rivera a la opción que encabeza Alberto Núñez Feijóo, concejales de ayuntamientos tan importantes como los de Madrid y Zaragoza se adelantan al abandonar Cs y pedir sitio en las listas del PP. <strong>Sánchez intenta seguir en el poder </strong>reorganizando su coalición de gobierno con Podemos, sin los jefes más extremistas del partido ahora encabezado por Ione Belarra e Irene Montero y dirigido aún en la sombra por Pablo Iglesias. El jefe del Ejecutivo, con la vista puesta en su particular carrera hacia las elecciones generales de diciembre,<strong> prefiere que sus actuales socios estén representados por una cara más amable, la vicepresidenta y ministra de Trabajo Yolanda Díaz.</strong> <strong>El problema para el PSOE</strong> es que el alambicado plan de su secretario general <strong>encaja mal con los objetivos más inmediatos de sus dirigentes regionales</strong>, especialmente en Comunidades autónomas donde formaciones de extrema izquierda de ámbito local están más consolidadas y resultan ser los principales apoyos de Díaz. Es el caso de Más Madrid con su candidata Mónica García, destacada como jefa de la oposición frente a la presidenta Isabel Díaz Ayuso al haber obtenido más votos que el candidato socialista, Ángel Gabilondo, en los comicios de 2021. El PSOE, ahora con Juan Lobato al frente, aspira en Madrid a ponerse por delante de García y recuperar al menos el segundo puesto para constituirse en alternativa al PP. <strong>Los socialistas también compiten por el voto de izquierdas con otras formaciones regionales de extrema izquierda en la Comunidad Valenciana (Más País), en Baleares o en Aragón</strong> cuyos principales dirigentes participan en la operación de Sumar promocionada por Sánchez y los medios gubernamentales. <strong>El único presidente de Comunidad autónoma que escapa a las complicaciones preelectorales</strong> importadas por la plataforma de Yolanda Díaz al PSOE<strong> es Emiliano García-Page.</strong> Además de desmarcarse de Sánchez por sus favores y cesiones a los independentistas, el jefe del Ejecutivo de Castilla-La Mancha tiene mayoría absoluta y no necesita competir por el voto de la extrema izquierda ante el 28M ni cuenta con sus marcas para seguir en el cargo. Podemos no llegó al mínimo de votos para entrar en la asamblea autonómica en los comicios de hace cuatro años y las encuestas pronostican que seguirá fuera. García-Page se lo juega todo a revalidar su mayoría absoluta frente a un PP en ascenso, pero pendiente de la irrupción de Vox. <strong>En el Partido Popular han preferido ver la parte más positiva</strong> que puede tener para sus opciones electorales la operación de Sumar y la pelea abierta con Podemos y sus distintos sectores. <strong>Cuantas más candidaturas presenten sus oponentes y más división se registre en la izquierda, más posibilidades de éxito para las candidaturas del centro derecha</strong> lastrado ya solo por Vox. El primer objetivo de la nueva dirección del PP, captar el voto de ese centro derecha en bloque, se da por conseguido. T<strong>odos los sondeos, en línea con los resultados de las elecciones autonómicas celebradas en Madrid y Andalucía, certifican el final de Ciudadanos.</strong> Hace sólo cuatro años el partido fundado por Albert Rivera, con el cartel de centrista o liberal, disputó a los populares la hegemonía electoral y pudo entrar después en todos los gobiernos autonómicos presididos por dirigentes del PP como Madrid, Murcia o Castilla-León. Lo mismo ocurrió en Ayuntamientos como el de la capital de España. Ante el 28-M los pronósticos de representación para Ciudadanos se quedan entre el 0 y el 1 (sólo en Madrid) y se multiplican los abandonos y<strong> las llamadas a la puerta del Partido Popular. Los dirigentes regionales tienen que decidir ahora si suman o no a sus listas a los peticionarios de Cs,</strong> pero una vez que parecen tener garantizada la reabsorción de todos los votantes centristas.