<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y el alto representante para Política Exterior y de Seguridad de la Unión Europea, Josep Borrell, han reivindicado esta semana la importancia de la próxima Cumbre UE-CELAC para reforzar la cooperación y la relación estratégica entre la UE e Iberoamérica.</strong></h4> “Hace ocho años que no nos reuníamos, ocho años sin reuniones al más alto nivel entre dos regiones a las que todo llama, todo une; demasiado tiempo sin hablarse políticamente al más alto nivel, cuando todo lo demás continúa de manera intensa”, afirmó ayer Albares durante la clausura del diálogo <em>Perspectivas y propuestas para renovar la asociación estratégica entre la Unión Europea y América Latina y el Caribe</em>, organizado desde el lunes por <strong>la Fundación Carolina y la Fundación EU-LAC en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores en Madrid. </strong> El encuentro reunió a representantes de centros de investigación y de instituciones públicas europeas, latinoamericana y caribeñas, así como autoridades políticas de ambas regiones e instituciones observadoras, a fin de reflexionar, con vistas a la Cumbre de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), sobre la revitalización de la asociación estratégica entre ambas regiones e intercambiar puntos de vista sobre el impacto de los desafíos globales en la agenda birregional política, económica, social y ambiental. Según el ministro, <strong>América Latina y el Caribe reciben más inversión directa de la UE que de China, Rusia, India y Japón juntas</strong>. Por ello, advirtió, estas regiones no solo mantienen un vínculo “indisoluble” y están “llamadas a ser socios”, sino que lo que está en juego entre ambas no son únicamente las cifras de inversión y de comercio, sino la posibilidad de compartir una misma visión del mundo y de mantener agendas paralelas. España y la Unión Europea, por tanto, tienen un “interés compartido” en evitar que América Latina y Caribe se “alejen” y, en sentido, cumbres como la de UE-CELAC -que reunirá a líderes de ambas orillas del Atlántico en Bruselas los días 17 y 18 de julio en el marco de la Presidencia española del Consejo de la UE- demuestran la “voluntad de revivir” las relaciones. Durante el acto de inauguración, celebrado el lunes, <strong>Josep Borrell advirtió de que “desde la UE hay que europeizar la relación con Latinoamérica porque, básicamente, hoy es una relación ibérica”.</strong> Por ello, prosiguió, la Presidencia española, que comenzará el próximo 1 julio, “puede ser un catalizador, una palanca” para que la relación entre las dos regiones “no sea una relación solamente con la península Ibérica”. El objetivo, advirtió, debe ser “que cuando acaben esos seis meses, Europa mire más a Latinoamérica”. En todo caso, Borrell admitió que, aunque las dos regiones son “las partes del mundo que tienen las arquitecturas mentales más parecidas”, las prioridades no son exactamente las mismas, especialmente en el actual contexto mundial. “Si yo voy ahora a un país báltico y les digo que tienen que mirar a América Latina cuando tienen una guerra al lado que consume todas sus energías políticas, económicas, militares y diplomáticas, me dirán que sí, pero que tienen otra prioridad”, declaró. Asimismo, advirtió, Iberoamérica “está jugando muy por debajo” de su gigantesco potencial”, especialmente en cuestiones como “la capacidad de producir alimentos, los recursos naturales, medioambientales y minerales” y, en este sentido, “quizá Europa” no está actuando “como debiera”, porque “en el famoso triangulo del litio, no hay ni una empresa europea trabajando”. En acto contó también con la presencia de la ministra de Asuntos Exteriores de San Vicente y las Granadinas y presidencia pro tempore de la CELAC, Keisal Melissa Peters; de María Fernanda Espinosa, expresidenta de la Asamblea General de la ONU y exministra de Exteriores de Ecuador; y del secretario de Estado para Iberoamérica y el Caribe y el Español en el Mundo, Juan Fernández Trigo.