<h6><strong>Ángel Collado</strong></h6> <h4><strong>En clave ya de campaña electoral, el PSOE y Podemos llevan esta semana al Congreso y a la calle el divorcio de la coalición de Pedro Sánchez en materia de feminismo.</strong></h4> <strong>El presidente del Gobierno intenta paliar su desgaste por la ley “sólo sí es sí”</strong> que, de momento, suma 721 delincuentes sexuales beneficiados con rebajas de condena. <strong>Podemos, con la ministra Irene Montero al frente, se proclama como verdadero defensor de las mujeres</strong>, único incluso dado que los socialistas necesitan el apoyo de la derecha en el Parlamento para corregir la chapuza de la ley. <strong>La Cámara Baja, este martes, y las calles de Madrid, al día siguiente, con dos manifestaciones distintas y esta vez enfrentadas, serán el escenario del choque</strong> entre el feminismo más clásico de la izquierda socialista y el radical o más populista que encabeza el partido fundado por Pablo Iglesias. Las ministras Irene Montero (mujer de Iglesias) y Ione Belarra (secretaria general) controlan hoy la formación. Ambos partidos,<strong> PSOE y Podemos, se disputan la hegemonía política de un movimiento</strong> que entienden propio mientras acusan a “la derecha”, en genérico, de ir en contra de la igualdad de la mujer. La apuesta del PSOE por el feminismo tiene su origen en los tiempos de Felipe González, en los años 80. La reformulación del movimiento propugnada por los de Iglesias en sus programas electorales de 2019 se plasma ya en leyes del Gobierno de Sánchez como la citada del “sólo sí es sí” o la “Trans” de “autodeterminación de género”. Y lo hacen en contra de la opinión de las feministas clásicas socialistas con la exvicepresidenta de Gobierno Carmen Calvo a la cabeza. Cuando montó su coalición con Iglesias, <strong>Sánchez dejó el área ministerial de tutela y promoción del feminismo, el departamento de Igualdad, bajo el control de Montero</strong>. Cuando surgía algún conflicto con la parte socialista del Ejecutivo, su presidente siempre se plegaba a los postulados de Podemos. Y de la autonomía del otro sector del gabinete avalada por el presidente del Gobierno y aprobada por la mayoría de izquierdas del Congreso salió la ley del “sólo sí es sí”. Con <strong>un mínimo de 721 de violadores y pederastas beneficiados por las rebajas de penas establecidas en esa ley y 74 de ellos ya en la calle</strong> (datos de la semana pasada),<strong> el Congreso debate mañana la reforma legal presentada por los socialistas</strong> para corregir el texto vigente. Podemos, enrocado en el discurso de que la culpa es de los jueces, no del texto de Montero, anuncia que votará en contra. <strong>Sánchez quiere una rectificación rápida que palíe el desgaste</strong> personal y el de su partido ante las elecciones de mayo que le ha supuesto la aplicación de una ley que defendió durante meses y puso como ejemplo para el resto del mundo. Prefiere el espectáculo de la ruptura pública de su coalición (sólo en esta materia) a la imagen de permanecer impasible ante el problema generado. <strong>Montero también se decanta por el choque y descarta la cesión</strong>. Como ya adelantó Pablo Iglesias, Podemos aspira a sacar partido del divorcio con el argumento de que Sánchez se va a apoyar en “la derecha” para sacar adelante la contrarreforma. Munición dialéctica para la precampaña electoral. <strong>El PP, Vox y Ciudadanos votarán a favor del texto</strong> para reponer al menos las penas a los violadores futuros porque la norma no puede tener efectos retroactivos. Y lo harán sin negociación previa o contraprestación alguna, por mera responsabilidad institucional y, de paso, para asistir a la ruptura de relaciones de los partidos en el poder. <strong>Sánchez y Montero buscan reconciliarse con sus respectivas bases</strong> en el procedimiento parlamentario, en las manifestaciones separadas del día 8 y hasta en las reuniones del Consejo de Ministros. Con la vista puesta en el 28 de mayo, comicios autonómicos en media España y municipales en todo el país, el presidente del Gobierno anunció por su cuenta y en un acto de partido del pasado fin de semana <strong>nuevas medidas feministas (cuotas de representación) en instituciones públicas y grandes empresas.</strong> <strong>El anteproyecto de ley no ha pasado por el Ministerio de Igualdad y Sánchez lo lanza en apoyo de la pugna de su partido</strong> por la causa feminista. Montero replica que se queda muy corto, ella quiere paridad obligatoria en todo ámbito social. La carrera electoral y populista no ha hecho más que empezar.