<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <strong>El ministro de Asuntos Exteriores de Venezuela, Yván Gil, mantuvo esta semana un encuentro con el embajador de España en Caracas, Ramón Santos Martínez, para “estrechar lazos de cooperación”</strong>, según informó el régimen bolivariano. <strong>Santos es el primer embajador de España en Venezuela desde noviembre de 2020</strong>, cuando cesó Jesús Silva, y su reciente llegada a Caracas se enmarca en el actual proceso de distensión diplomática tras el reinicio del diálogo entre la oposición y el Gobierno de Nicolás Maduro. “Productivo encuentro con el embajador de España en nuestro país, Ramón Santos Martínez, con quién trazamos líneas de trabajo en aras de afianzar los asuntos de interés bilateral y multilateral en el escenario Iberoamericano, como lo instruyó nuestro presidente Nicolás Maduro”, declaró Gil a través de sus redes sociales. La reunión tuvo lugar este pasado miércoles. <strong>Ramón Santos Martínez fue nombrado embajador de España en Venezuela el pasado 27 de diciembre y presentó sus cartas credenciales a Maduro el 24 de enero</strong>. Hasta entonces, Santos había ejercido el cargo de encargado de Negocios en Venezuela desde noviembre de 2021, un año después de la marcha de Silva y en sustitución de Juan Fernández Trigo, actual secretario de Estado para Iberoamérica y el Español en el Mundo. <strong>España no tenía embajador, con ese rango, en Caracas desde noviembre de 2020</strong>, cuando decidió rebajar su representación diplomática en Venezuela al nivel de encargado de Negocios con Cartas de Gabinete, una figura de un escalón inferior con la que se muestra que las relaciones entre los dos países no son plenamente satisfactorias. <strong>Varios países de la Unión Europea acreditados en Caracas hicieron lo mismo para expresar la disconformidad con la forma en que el régimen bolivariano organizó las últimas elecciones presidenciales, celebradas en 2018. </strong> La representación de Venezuela en España también se mantuvo en todo este tiempo a nivel de encargado de Negocios. A principios de diciembre, el Gobierno de Nicolás Maduro nombró a Coromoto Godoy Calderón para este cargo en Madrid, en sustitución de Mauricio Rodríguez Gelfenstein, quien se encontraba al frente de la Embajada desde febrero de 2018, tras la salida del embajador Mario Isea. Finalmente, <strong>Coromoto Godoy presentó el pasado 23 de enero las Copias de Estilo de sus Cartas Credenciales en el Ministerio de Asuntos Exteriores</strong>, pocas fechas después de que la Asamblea Nacional, controlada por el régimen bolivariano, ratificara su nombramiento como embajadora. Según informaron en su día fuentes de Exteriores a <em>The Diplomat</em>, el nombramiento de Ramón Santos se justifica por las <strong>“nuevas circunstancias que aconsejan volver a elevar la representación de España en Venezuela a nivel de embajador”</strong>. Concretamente, se tuvo en cuenta la reciente reanudación del diálogo en México entre Gobierno y oposición, que se encontraba estancado desde hacía más de un año y que ha dado como resultado “un acuerdo humanitario por el que se destinarán 3.000 millones de dólares para mejorar las condiciones del pueblo venezolano”, lo cual “supone que hay una mejora objetiva de la situación que conviene apoyar por parte de España con una interlocución adecuada y al máximo nivel para interactuar con ambas partes”. Asimismo, se valoró el hecho de que algunos miembros de la Unión Europea (entre ellos, Francia y Portugal) también hayan decidido mantener su representación a nivel de embajador. “En el escenario actual, España no puede ver mermadas sus posibilidades de acción respecto a otros socios europeos”, precisaron las fuentes. En la misma línea, y una vez retomada la negociación en México, <strong>España “pretende poder influir, con un nivel de representación adecuado, en que se abra el proceso político venezolano”</strong>. Al respecto, las fuentes advirtieron que esta decisión no implica que España haya cambiado “su juicio crítico sobre las elecciones de 2018”, sino que “busca que las elecciones de 2024 sean más democráticas y permitan que la oposición pueda jugar el papel que en su momento no pudo ejercer”. Por otra parte, España es uno de los países con mayores intereses en Venezuela (políticos, económicos, energéticos o consulares), “lo que requiere un nivel de interlocución especialmente adecuado en momentos en que se están tomando decisiones importantes”. En este sentido, “el hecho de que España cuente con más de 160.000 nacionales en Venezuela, forzosamente afectados por las sanciones, o que la explotación de los recursos energéticos de Venezuela pueda reabrirse a compañías extranjeras, exigen potenciar la presencia oficial de España”.