<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>El Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, aseguró ayer que el único final aceptable para la guerra de Ucrania es “que Rusia no la gane” y advirtió, en respuesta a las acusaciones de Moscú, de que la UE “no es parte de la guerra ni quiere serlo”.</strong></h4> Borrell pronunció estas palabras después de recibir <strong>el Premio Nueva Economía Fórum 2022</strong> al desarrollo sostenible, la geopolítica y la cohesión social. El acto, que tuvo lugar en el Teatro Real de Madrid, estuvo presidido por el presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, y contó con las intervenciones de la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño (quien elogió a Borrell por “su permanente compromiso y su entrega incondicional al servicio de la Unión Europea y de España”), y de Javier Solana, exministro de Asuntos Exteriores, secretario general de la OTAN entre 1995 y 1999 y Alto Representante del Consejo para la Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea entre 1999 y 2009 (quien definió a Borrell como “un hombre de acción, un hombre que sabe que hay que pensar, pero sobre todo que, si queremos cambiar las cosas, hay que actuar”). Borrell comenzó su discurso saludando, con ironía, a los servicios de inteligencia rusos, de los que dijo que “después utilizarán cada palabra que diga debidamente retorcida para ponerme en la peor de las situaciones”. El presidente ruso, Vladimir Putin, “en sus conversaciones privadas y en algunas declaraciones públicas me hace directamente responsable de que la Unión Europea esté involucrada en la guerra de Ucrania”, prosiguió. “Si él lo dice debe ser verdad, pero no, <strong>la Unión Europea no participa, no somos parte de la guerra, no queremos serlo</strong>”, aseguró. “Hemos tratado de evitar, y creo que hemos evitado en todo momento, convertirnos en beligerantes, porque ustedes entienden que si Europa, si los países europeos se hubiesen involucrado en la guerra de forma directa, estaríamos en una situación dramática”, añadió. “No tenía cabida en nuestra imaginación que algo tan terrible como lanzar un ataque militar convencional, que va a causar decenas de miles de muertos, pudiera estar en la mente todavía de un dirigente político, no lo quisimos creer”, pero “cuando en la madrugada del 24 de febrero a las cinco de la mañana sonó el teléfono ya supe qué había ocurrido”, recordó Borrell en referencia al comienzo de la invasión. En ese momento, aseguró, <strong>“me di cuenta de que la historia había girado una página y entrábamos en una nueva era”.</strong> “Inmediatamente nos pusimos en marcha y todos empezamos a hacer listas de las sanciones económicas que íbamos a imponer a Rusia, como siempre”, continuó. Aparte, prosiguió, en ese primer momento se recordó que la UE contaba con un Fondo para la Paz, y gracias a ello, y en menos de 36 horas, los 27 Estados miembros acordaron usar dicho fondo para ayudar militarmente a Ucrania, “y esto es una gran novedad”. <strong>Con esa ayuda en armamento, “unida a la económica, macro financiera, humanitaria de todo tipo, estamos ya cerca de los 50.000 millones de euros y eso nos sitúa por encima de cualquier otro país o cualquier otro grupo regional, por encima de Estados Unidos”,</strong> en el respaldo a Ucrania, aseguró. No obstante, admitió, <strong>“la ayuda militar de Estados Unidos ha sido determinante”.</strong> <strong>“Ucrania tiene que ganar”</strong>, advirtió el Alto Representante. “La única forma de que el fin de la guerra garantice una paz mínimamente permanente es que Rusia no la gane, no ocupe Ucrania, no la convierta en un Estado títere y no se nos coloque en su frontera esperando la siguiente ocasión”, continuó. “Por lo tanto, esta guerra solo se puede terminar de manera que se puedan exigir responsabilidades políticas y morales a quien la inició, y a los que la llevaron a cabo”, y de forma que “Ucrania pueda recuperar su soberanía y su integridad territorial, y que Rusia pague por los destrozos que ha causado”, concluyó Borrell.