<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El Museo Nacional de Arte de Barcelona acoge hoy la XXVII Cumbre Hispano-Francesa, en la que los dos países vecinos elevarán al máximo nivel sus relaciones bilaterales a través del nuevo Tratado de Amistad y Cooperación y que estará marcada políticamente por la participación institucional del presidente de Cataluña, Pere Aragonès, y por las movilizaciones de protesta convocadas por los independentistas, incluidos los dirigentes de su propio partido.</strong></h4> <strong>Se trata de la primera Cumbre Hispano-Francesa que se celebra en la Ciudad Condal desde la institucionalización de este tipo de reuniones en 1987</strong> <strong>y de la segunda en Cataluña desde la de 2006 en Girona</strong>, en la que participaron José Luis Rodríguez Zapatero y Jacques Chirac. La organización de esta edición correspondía a España, después de la celebrada en 2021 en Montauban, cerca de Toulouse. La última reunión bilateral en suelo español tuvo lugar en Málaga en 2017, presidida por François Hollande y Mariano Rajoy. El plato principal de esta Cumbre será la firma del <strong>Tratado de Amistad y Cooperación entre el España y Francia</strong>, que fue autorizada este pasado martes por el Consejo de Ministros y que elevará el nivel de las relaciones bilaterales al máximo nivel posible, equiparable al que ya tiene España con Portugal desde la Cumbre de Trujillo de octubre de 2021 y al que mantiene Francia con Alemania e Italia desde Aquisgrán en 1963 y Roma en 2021, respectivamente. El Tratado, negociado por los dos Gobiernos en cumplimiento de lo acordado en Montauban, prevé, entre otras novedades, la creación de un Consejo franco-español de Defensa y Seguridad conformado por los ministros de Asuntos Exteriores y Defensa, el desarrollo de un marco común en las relaciones internacionales, reuniones periódicas entre los ministros de Economía, Industria, Conectividad y Turismo, la celebración anual de un foro empresarial y económico, el desarrollo de las interconexiones, de la Política Agrícola Común y de la Política Pesquera Común y la puesta en marcha de un comité de cooperación fronteriza. Aparte, durante la Cumbre se abordarán <strong>importantes cuestiones de la agenda europea y bilateral</strong>, como las interconexiones energéticas y ferroviarias, la reforma del marco de gobernanza económica, el Pacto de Migración y Asilo de la UE, la reapertura de los ocho pasos fronterizos que todavía mantiene cerrados Francia por motivos, sobre todo, de seguridad y, por supuesto, el apoyo a Ucrania. En la Cumbre no se abordará el proyecto de interconexión energética H2Med, el primer gran corredor verde que conectará la península Ibérica con Francia y el resto de Europa y que estará operativo en 2030 (presentado el pasado mes de diciembre), pero sí figuran en la agenda cuestiones como el Corredor del Mediterráneo o la reforma del mercado eléctrico, sobre todo después de que Francia presentase esta misma semana a Bruselas una propuesta que, según Moncloa, está bastante alineada con la presentada la semana anterior por España con la aquiescencia inicial de Alemania. Asimismo, en Barcelona se firmarán otros <strong>acuerdos bilaterales</strong>, como el Tratado de Cooperación entre los dos países en materia Defensa (también aprobado el martes), una enmienda al Acuerdo Internacional Administrativo sobre Educación, una declaración de intereses sobre cooperación y asistencia técnica en materia de economía social y solidaria, otra declaración de intereses entre los Ministerios del Interior sobre formación de directivos de las fuerzas de seguridad y una tercera declaración entre los Ministerios de Agricultura para fortalecer el apoyo a Ucrania. Para abordar todos estos temas, <strong>la Cumbre reunirá, además de al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y al presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, a diez ministros de cada país (en el caso de España, las tres vicepresidentas de Economía, Trabajo y Transición Ecológica y los titulares de Asuntos Exteriores, Defensa, Interior, Transportes, Educación, Agricultura y Cultura)</strong>. Tras los encuentros entre Sánchez y Macron y las reuniones por separado de cada ministro con su par del otro país, el encuentro concluirá con una reunión plenaria de que la que saldrá una declaración final y con la habitual rueda de prensa conjunta de los dos mandatarios. <strong> </strong> <h5><strong>Cataluña</strong></h5> La Cumbre se ajustará a los esquemas habituales en este tipo de encuentros, incluida la invitación a los máximos representantes locales y autonómicos tanto de la ciudad como de la comunidad anfitriona, como ya sucedió, por ejemplo, en las muy recientes Cumbres con Alemania (en Galicia) o Rumanía (en la Comunidad Valenciana). No obstante, la gran diferencia en este caso, que a nadie se le escapa y que los protagonistas no han dudado en recordar, es que la reunión entre España y Francia se celebrará en Cataluña en un contexto político muy diferente al que había hace 17 años, cuando tuvo lugar la Cumbre de Girona. De entrada, ya se ha anunciado oficialmente que <strong>el presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès</strong>, al igual que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, sólo asistirán a los actos de inauguración del encuentro, a primera hora de la mañana, y que, como es habitual en estos casos, no participarán en ninguna otra reunión de la Cumbre. Ello incluirá, inevitablemente, la presencia del presidente catalán durante la interpretación de los himnos nacionales de los dos países. De todos modos, <strong>el propio Aragonès envió la semana pasada una carta a Pedro Sánchez en la que incluyó un listado de “recomendaciones” y temas</strong> que, a su juicio, se deberían abordar en el encuentro bilateral, como el reconocimiento oficial del idioma catalán en las instituciones europeas, la recuperación del trazado original del Corredor mediterráneo, el apoyo al nuevo corredor ferroviario Montpelier-Perpiñán o el impulso al citado proyecto H2Med para el transporte de hidrógeno verde entre Barcelona y Marsella. El Gobierno no ha respondido de momento a esta carta, pero fuentes de Moncloa indicaron que <strong>la mayoría de los temas propuestos por el presidente catalán ya figuran en la agenda de la Cumbre y que el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ya ha defendido reiteradamente en los foros europeos la oficialidad de la lengua catalana en el ámbito de la UE</strong>. El propio Gobierno se ha comprometido a abordar este tema durante las reuniones de la mesa de diálogo entre Madrid y Cataluña e incluso envió el pasado mes de septiembre una carta a la Presidencia del Parlamento Europeo para solicitar la oficialidad del catalán. En todo caso, la presencia institucional de Aragonès en la Cumbre deberá convivir con <strong>la manifestación convocada por los independentistas en las cercanías del recinto</strong>, después del llamamiento efectuado, a través de Twitter, por el expresidente de la Generalitat catalana Carles Puigdemont en el que instó a los catalanes a movilizarse durante la reunión bilateral “para defender el país de unos enterradores ilusos”. <strong>El propio partido del presidente catalán, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), ya ha anunciado que encabezará la marcha </strong>con la presencia del presidente de la formación (y exvicepresidente de la Generalitat, encarcelado tras el <em>procés</em> independentista de 2017), Oriol Junqueras, y de otros destacados miembros, como la presidenta en funciones del Parlamento catalán, Alba Vergés; la portavoz, Marta Vilalta, o la expresidenta de la Cámara autonómica Carme Forcadell. Entre tanto, otras formaciones independentistas han criticado duramente a Aragonès por participar en el evento, como es el caso de Junts, cuyo secretario general, Jordi Turull, ha asegurado que su partido no hubiera participado en la Cumbre si estuviera todavía en el Gobierno de Cataluña.