Desde mañana y hasta el próximo 19 de febrero, el Teatro Español de Madrid presenta la obra La importancia de llamarse Ernesto, de Oscar Wilde.
Dirigida por David Selvas e interpretada por María Pujalte, Pablo Rivero, Paula Malia, Ferran Vilajosana, Paula Jornet, Albert Triola y Gemma Brió, esta representación es un perfecto sueño de teatro, una comedia despiadada y excéntrica, perfecta, bella y onírica como la vida de una rosa en las extrañas paredes de un jardín vertical. Una rosa delicada que recuerda aquello efímero y revelador que tiene la belleza y la vida.
Wilde obra una gran cantidad de territorios por donde se pasean sus personajes: el amor, el deseo, los orígenes, el compromiso, la hipocresía, la identidad y, sobre todo, la libertad, la suya tan estimada libertad, para poder ser quien era, y que lo llevó a la prisión al poco de escribir La importancia de llamarse Ernesto. Este sentimiento de libertad está presente en toda la función. Y quizás la concreción más clara de esta libertad se ve en dos de los personajes femeninos, Gwendolen y Cecily, que viven con tanta o más intensidad su vida soñada que su vida real. ¿Dónde están los límites de cada uno de nosotros? ¿Por qué nos autocensuramos? ¿Cómo se puede llegar a ser, con plenitud, cada uno mismo? Las entradas se pueden adquirir en este enlace.