The Diplomat
El Gobierno español expresó ayer su condena al asalto del Congreso, al palacio presidencial y la sede del Tribunal Supremo Federal de Brasil perpetrado por cientos de simpatizantes del ex presidente brasileño Jair Bolsonaro, que se manifestaban contra su sucesor, Luiz Inácio Lula da Silva.
A través de un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores, el Ejecutivo español manifestó su “apoyo incondicional” a Lula, “elegido democráticamente por el pueblo brasileño y proclamado legítimo presidente del país por las instancias electorales competentes de Brasil”.
“Deseamos expresar nuestro rechazo a cualquier iniciativa o actitud que ponga en cuestión el proceso democrático brasileño por parte de sectores que no quieren aceptar los resultados emanados de la voluntad del pueblo de Brasil”, sentencia el comunicado.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, utilizó su cuenta de Twitter para trasladar todo su apoyo a Lula y “a las instituciones libre y democráticamente elegidas por el pueblo brasileño”. Y agregó: “Condenamos rotundamente el asalto al Congreso de Brasil y hacemos un llamamiento al inmediato retorno a la normalidad democrática”.
De igual modo, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz mostró su preocupación por lo sucedido y, taras expresar su apoyo al presidente Lula da Silva, subrayó que “una minoría no logrará doblegar la voluntad del pueblo brasileño”. “Seguiremos ensanchando la democracia y conquistando más derechos», añadió en redes sociales.
En términos similares se pronunciaron otros ministros del Gobierno., como la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra; y también la presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet, quien trasladó su solidaridad a Lula da Silva y a las autoridades brasileñas ante el «ataque intolerable a las instituciones y a la democracia”, escribió en Twitter.
Cientos de simpatizantes de Bolsonaro, que se habían concentrado frente al Cuartel General del Ejército, en el centro administrativo de Brasilia, y marchado hasta la Explanada de los Ministerios, donde decenas de participantes se encaramaron al edificio sede del Congreso. Más tarde se dirigieron a la sede presidencial, el Palacio de Planalto, y a la sede del Supremo, donde invadieron el plenario del tribunal. Trascendieron imágenes de los manifestantes provocando importantes destrozos dentro de los edificios.
Lula da Silva, que se encontraba en Sao Paulo para comprobar en primera persona los daños causados la semana pasada por las intensas lluvias, que causaron la muerte de seis personas, decidió tras el asalto firmar un decreto para que el Gobierno federal asuma las competencias de seguridad en el distrito federal de Brasilia. «Todos los vándalos serán encontrados y castigados», dijo el mandatario.
A primeras horas de la noche, las Fuerzas de Seguridad brasileñas lograron recuperar el control del Congreso y del Palacio de Planalto y del Tribunal Supremo.