<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> El Gobierno de Nicolás Maduro ha relevado a su encargado de Negocios ad interim en Madrid, <strong>Mauricio Rodríguez Gelfenstein, que se encontraba al frente de la Embajada desde febrero de 2018, tras la salida del embajador Mario Isea.</strong> <strong> </strong> <strong>La sustituta de Rodríguez Gelfenstein es Coromoto Godoy Calderón</strong>, diplomática que anteriormente fue embajadora en Trinidad y Tobago y en India. Coromoto Godoy, que tiene al parecer una estrecha amistad con Maduro, se encuentra ya en Madrid y uno de sus primeros actos, según indicó ella misma en <em>Twitter</em> fue<strong> llevar flores al monumento a Simón Bolivar</strong>, que se ubica en el Parque del Oeste. "Llegué a Madrid y vine a verte, Padre Bolívar, como nos enseñó Chávez, para renovar las fuerzas, para jurarte lealtad. Vine a verte como una hija a un padre. Enséñame el camino, dame la mano y guía mis pasos en esta nueva etapa", escribió Godoy. Y agregó: "Padre Bolívar, no has arado en el mar, tus hijas y tus hijos seguimos luchando por la patria libre y soberana. Qué felicidad haberle llevado flores y poder hablarle. Ahora sí empezó mi gestión". España y Venezuela mantiene sus representaciones diplomáticas a nivel de encargados de Negocios ad interim, un nivel menor que el de embajadores, aunque recientemente <strong>el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares,</strong> dejó abierta la puerta a una normalización de las relaciones en ese sentido, en unas declaraciones al diario <em>El País</em>. El actual encargado de Negocios con Cartas de Gabinete de España en Caracas es, desde hace poco más de un año Ramón Santos, que ocupó la vacante dejada por Juan Fernández Trigo al ser nombrado secretario de Estado para Iberoamérica. Este, a su vez había sustituido a Jesús Silva al frente de la Embajada a Jesús Silva, quien si tenía la categoría de embajador. El cambio al frente de la Embajada en Madrid se produce en un momento en que Gobierno y oposición venezolanos han retomado el diálogo en México y que tanto España como la UE han dado señales inequívocas de su voluntad de aliviar las sanciones si se producen avances.