<h6><strong>Ángel Collado</strong></h6> <h4><strong>El Gobierno de Pedro Sánchez empieza ahora y con suma discreción a suministrar armamento pesado a Ucrania después de quedarse a la cola de los países europeos en el apoyo a Zelenski.</strong></h4> <strong>Los primeros sistemas de misiles y vehículos blindados llegan estos días a la frontera polaca</strong> en medio de una<strong> opacidad informativa dictada por la división interna del Ejecutiv</strong>o cuyo sector más izquierdista, el aportado por <strong>Podemos, insiste en su discurso contra de la OTAN</strong> y de la ayuda militar a los ucranianos que combaten a las tropas rusas. <strong>Pablo Echenique</strong>, el portavoz parlamentario de Podemos, formación que agrupa a los cinco ministros comunistas del gabinete de Sánchez, <strong>reiteró la pasada semana en el Congreso el rechazo de su formación a la escalada bélica en Ucrania</strong>, además de acusar a los países occidentales de rehuir la vía diplomática en el conflicto. Echenique instó al presidente del Gobierno a plantear en el próximo Consejo Europeo la necesidad de negociar con Putin. El dirigente populista criticó que en las reuniones de los gobiernos europeos se trate de la formación de militares, de nuevas provisiones de armamento y de sanciones económicas contra Rusia y no de “diplomacia, alto el fuego y acuerdos de paz”. Echenique sostuvo que las sanciones “no parece que hayan doblegado la economía rusa” y sentenció además que “cuanto más larga sea la guerra, será peor para Ucrania y también para las economías europeas y para España”. El mismo jueves de la pasada semana que Podemos reiteraba su discurso pacifista y antiatlantista como si no estuviera en el Gobierno, <strong>el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, informaba que el Ejecutivo español le había anunciado que se disponía a suministrar a Zelenski cuatro lanzaderas de misiles HAWK para defensa antiaérea</strong>. El Ministerio de D<strong>efensa había cumplido las instrucciones de guardar en secreto el dato</strong> de ese avance de España en el apoyo a Ucrania que, ni el sector comunista del gabinete ni, por supuesto, la opinión pública conocían. Los misiles tierra-aire HAWK, con un alcance de 40 kilómetros y de fabricación estadounidense, son antiguos, pero siguen en los arsenales del Ejército de Tierra después de ser modernizados recientemente. Reforzarán la contribución española en artillería antiaérea después de que esta misma semana acaben su instrucción los 20 militares ucranianos formados en Zaragoza durante tres semanas para manejar misiles, información también reservada hasta casi el mismo día de su llegada al campo de maniobras de San Gregorio. Hasta ese momento sólo se había comunicado la entrega de misiles Aspide de fabricación europea, dados de baja el pasado año en España y que tienen un alcance mucho menor que los Hawk. Con la misma discreción que se preparaba la entrega de artillería a las tropas de Zelensky,<strong> el Ministerio de Defensa ha desplazado estos mismos días a la frontera de Polonia con ese país un total de 20 vehículos blindados de cadenas para el transporte de tropas.</strong> Son los llamados TOA (transporte oruga acorazado) del Ejército, también al final de su vida útil pero especialmente útiles para los movimientos de la infantería en terrenos embarrados o con nieve, que es el escenario próximo de la guerra en Ucrania. Aunque con toda la opacidad posible,<strong> el Gobierno español intenta corregir este otoño la primera posición de Sánchez después de la invasión rusa y su posterior cicatería</strong>. Empezó por sostener al principio que no iba a facilitar armamento a Zelenski, rectificó a continuación y se convirtió hasta este mes en el presidente del Ejecutivo de los principales países de la UE que menos material bélico aportaba a Ucrania: sólo munición, armamento ligero, equipos sanitarios e uniformes para el invierno. En el conjunto de ayudas y donaciones materiales y económicas, el ejecutivo de izquierdas mantenía al país en el puesto número 16 de la clasificación de la Alianza Atlántica, por detrás de naciones con menos población, producto interior bruto y capacidades militares que España. El aumento de un 26 por ciento del gasto en Defensa en línea con los compromisos con la OTAN, más la llegada de los misiles Hawk y Aspid al frente ucraniano, <strong>permitirán a Sánchez presentarse en la próxima reunión del Consejo Europeo con una posición más sólida para hablar de la guerra</strong>. Aunque esa inversión en proyección exterior será a costa de hacer lo contrario que le piden sus socios de Podemos.