<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El vicepresidente de la Comisión Europea y Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, advirtió ayer de que Europa debe reforzar sus “capacidades militares” porque sus instrumentos tradicionales de “poder blando”, como el comercio y la defensa de los valores, ya “no son suficientes” para afrontar las amenazas surgidas con la invasión rusa de Ucrania.</strong></h4> “Ciertamente, la guerra ha cambiado a Europa, nos está despertando, en Bruselas se habla del despertar geopolítico de Europa”, afirmó Borrell durante la <strong>XVII Lección Conmemorativa Carlos de Amberes</strong>, celebrada en la sede de esta fundación en Madrid y en la que fue presentado por <strong>el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares; el ex ministro y antiguo alto representante Javier Solana, patrono de la Fundación Carlos de Amberes; y el exprimer ministro italiano Enrico Letta.</strong> “De alguna manera”, prosiguió Borrell, “es un despertar de nuestro proyecto inicial, un proyecto de paz que dejaba de lado la lucha por el poder y utilizaba el poder blando, el comercio y derecho, como nuestras armas”. <strong>“Ahora, debemos tomar conciencia de que esto no basta, porque los europeos no podemos ser unos herbívoros en un mundo de carnívoros”</strong>, advirtió. “Vivimos cada vez más en un mundo en el que las relaciones de fuerza se imponen, en el que no bastan las relaciones comerciales, la prédica de los derechos humanos o la prédica de un orden basado en reglas”, afirmó <strong>“Debemos seguir con eso, pero no es suficiente, tenemos que ser algo más, dotarnos de los medios para hacer frente a esas amenazas, entre ellos las capacidades militares”</strong>, prosiguió. No obstante, recordó, “Europa no tiene ejército; yo tengo un montón de asesores militares, pero no un ejército, los ejércitos los tienen los Estados miembros, pero desde el final de la Guerra Fría los Estados empezaron a desarmarse”. En estas circunstancias, <strong>Europa sigue pagando los “dividendos de la paz”: descenso del gasto militar y delegación de la seguridad en Estados Unidos, unas relaciones con Rusia basadas en la compra de energía barata y abundante y la apertura del comercio y el intercambio con China, un país que es, “a la vez, rival, socio y competidor” y con el que convendría “repensar las relaciones”. </strong>“De alguna manera, una parte importante de la prosperidad ha sido construida a partir de la energía barata y abundante que venía de Rusia”, admitió Borrell. Se trata de un “gran error estratégico” que, unido a “las grandes oportunidades de comercio con China y a la seguridad delegada en Estados Unidos”, pone en evidencia las consecuencias negativas de “disociar la prosperidad de la seguridad”, añadió. “Por si fuera poco, estalla una guerra” que ha obligado a la UE y a sus Estados miembros a “hacer esfuerzos importantes en la dimensión militar del apoyo a Ucrania”, recordó Borrell. “Con Ucrania hay un compromiso múltiple, financiero, militar, económico, y tiene que seguir así, porque los europeos tienen que tener claro que cuando defendemos a Ucrania nos defendemos a nosotros mismos, que no es solo por generosidad, es también por nuestro propio interés”, advirtió. <h5><strong>La unidad de Europa</strong></h5> Para ello, afirmó, es necesario mantener la unidad entre los Estados de la UE. “Vladimir Putin esperaba que Europa flaqueara, que la unión transatlántica flaqueara”, aseguró. “Todavía no está claro cuánto tiempo durará esta unidad”, advirtió Borrell (en alusión no expresa al primer ministro húngaro, Viktor Orban), “pero hemos de seguir manteniéndola, demostrar que la UE no es solo un club de Estados, es una comunidad política en la que los Estados soberanos siguen siendo soberanos, pero ponen en común medios, materiales, valores e intereses”, prosiguió. Esa unidad, según Borrell, ha dado sus frutos en <strong>la ayuda militar a Ucrania. “Estimamos que, entre los Estados y la comunidad, no ha estado lejos de la cifra del 50% de la ayuda militar de Estados Unidos a Ucrania, lo cual no está mal</strong>; los que dicen que Europa es insignificante desde el punto de vista militar no hacen bien las cuentas”, indicó. No obstante, esa misma unidad debería mantenerse igualmente firme ante otros retos, como el de “la crisis energética que se nos viene encima”. <strong>“La UE nació como unión de carbón y acero y debe seguir siendo una unidad de energía”</strong>, declaró. “Hemos hecho cosas impensables; al principio de la guerra, el 40% del gas procedía de Rusia y ahora es menos del 10%, se ha conseguido en tres meses una reducción de tres cuartas partes”, pero quedan importantes problemas por solucionar, como el de los precios de la electricidad, con el que “Putin debe estar muy satisfecho”, lamentó. En esta materia, afirmó, “queda mucho trabajo para conseguir la unidad”. En cuanto a <strong>las consecuencias económicas de la guerra</strong>, advirtió, hay dos alternativas: que “cada uno vaya por su cuenta o actuar de forma solidaria, como en el COVID; si ocurre lo primero, estará en peligro mercado único”, porque “el que tenga más espacio fiscal para ayudar a sus empresas” distorsionará el funcionamiento de un mercado basado en “una competencia leal no falseada”. Uno de los logros más importantes derivados de esta guerra, a juicio de Borrell, ha sido <strong>la “unión transatlántica; ahí Putin tampoco esperaba una unidad tan firme”.</strong> Esa unidad, en su opinión, no tiene por qué poner en peligro el objetivo de la <strong>autonomía estratégica</strong>, porque “EEUU, enfrentado a esta experiencia, va a ser el más interesado en que los europeos tengan las capacidades para contribuir a la defensa común”. En todo caso, advirtió, esa circunstancia <strong>“nos va a obligar a tomarnos mucho más en serio la corresponsabilidad en materia de defensa, pero para eso hace falta voluntad política, porque si todos los Estados aumentan el gasto militar sin tener en cuenta las necesidades del conjunto, se va a producir un gran despilfarro y no se van a poder evitar duplicidades; por eso, es muy importante armarnos de forma coordinada y conjunta”.</strong> <h5><strong>Albares</strong></h5> Durante la presentación del acto, <strong>José Manuel</strong> <strong>Albares </strong>afirmó que en la guerra de Ucrania (momento que aprovechó para saludar al embajador, Serhii Pohoreltsev, presente en la sala) se enfrentan “dos modelos: uno que mira al frente, Europa, cree en la pluralidad y la diversidad, igualdad soberanía de los Estados y renuncia a la guerra para solucionar los conflictos, y otro que mira al pasado, a épocas muy oscuras y tristes de Europa, de soberanía limitada y en el que la guerra era posible para resolver conflictos”. “Ese combate también se da dentro de las sociedades europeas”, advirtió. Por eso, aseguró, los ministros de Exteriores de la UE han tenido “la suerte de contar a su frente al alto representante, porque qué distinta hubiera sido la respuesta europea sin el liderazgo de Borrell”. Según Albares, Europa se encamina a un “doble liderazgo español”, el de Borrell y la próxima Presidencia española UE en 2023. “En un momento en el que Europa necesita liderazgo, estoy seguro de que los españoles vamos a estar a la altura”, concluyó.