<h6><strong>Luis Ayllón</strong></h6> <h4><strong>El Gobierno español volvió la pasada semana a expresar sus quejas ante Estados Unidos por la escala realizada por un submarino de propulsión nuclear de la Armada estadounidense,</strong><strong> en la base naval de Gibraltar, </strong><strong>según supo <em>The Diplomat</em> de fuentes solventes. </strong></h4> <h4></h4> <strong>El USS Florida llegó el miércoles 28 de septiembre al Peñón, donde permaneció hasta el pasado domingo, día 2, </strong>sin que se hayan especificado los motivos de su estancia<strong>.</strong> El USS Florida, pertenece a la clase Ohio y fue construido hace 40 años de historia. <strong>Dotado de misiles de crucero Tomahawk,</strong> tiene una longitud de 159 metros y ya ha estado en Gibraltar en otras cuatro ocasiones desde 2008. Según las fuentes consultadas por <em>The Diplomat</em>, <strong>el Ministerio de Asuntos Exteriores convocó a mediados de la pasada semana a un consejero de la Embajada de Estados Unidos en Madrid, para expresarle el malestar</strong> de España por la llegada del USS Florida a la base de la colonia británica y recordarle las facilidades existentes en la base naval de Rota, de uso estadounidense y localizada a pocas millas de Gibraltar. La queja no fue expresada a través de una nota verbal de protesta, pero sí se comunicó al representante estadounidense<strong><a href="https://thediplomatinspain.com/2022/04/espana-protesta-ante-ee-uu-por-la-llegada-de-un-submarino-nuclear-a-gibraltar/"> en los mismos términos expresados el pasado 13 de abril</a> </strong>por la llegada a la base naval de Gibraltar de otro submarino norteamericano de propulsión nuclear, el USS Georgia<strong>,</strong> que precisamente en agosto de 2021, sí había utilizado la base de Rota para fondear en sus aguas. El Gobierno español eleva estas protestas cada vez que se produce la llegada de un submarino de propulsión nuclear a Gibraltar, aunque es consciente de que las quejas no surten mucho efecto. El puerto de Gibraltar, con sus aguas interiores, fue cedido por España al Reino Unido en virtud del Artículo X del Tratado de Utrecht de 1713, por lo que España no puede evitar que estas escalas se lleven a cabo y ha de limitarse a transmitir su malestar por la llegada de buques de países aliados a un territorio del que nuestra país reclama la soberanía. Las escalas de este tipo de navíos, sean estadounidenses o, sobre todo británicos, <strong>provocan igualmente las protestas públicas de las organizaciones ecologistas</strong>. Así el<strong> portavoz de Verdemar-Ecologistas en Acción del Campo de Gibraltar, Antonio Muñoz,</strong> lamentó la presencia de este tipo de buques en la bahía de Algeciras, y afirmó que “el puerto de Gibraltar se ha convertido en los últimos años en un puerto donde se llevan a cabo todo tipo de reparaciones de estas <strong>bombas flotantes</strong>”. Muñoz subrayó que "el de Gibraltar es un tipo de puerto al que sólo pueden acceder estos artefactos peligrosos para tareas de avituallamiento". Y alertó: "Cualquier incidencia con un submarino nuclear produciría un impacto terrible en el Estrecho, no solo en el Campo de Gibraltar y el Peñón, sino en parte de Andalucía y de Marruecos”.